El sobreviviente de la matanza en la discoteca Pulse en Orlando aun se recupera de los cuatro balazos que recibió en su cuerpo el año pasado, cuando Omar Mateen abrió fuego indiscriminadamente dentro del establecimiento. Y aunque el dolor sigue siendo constante, lo cotidiano de los días le va devolviendo alguna “normalidad” a su existencia. 

El joven enfermero -el último boricua en ser dado de alta del hospital, un mes después de la tragedia- camina ahora asistido por un bastón, gracias a las terapias que recibe tres veces en semana. 

Su alma sufre al recordar a su novio, Martín Benítez Torres, quien murió a su lado en el piso de la discoteca, pero no se rinde y siente que resistió a la muerte porque tiene un propósito que cumplir.

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“Estando allí tirado en el piso (de Pulse), viendo los tiros entrar a mi cuerpo, y que yo no haya muerto, me confirmó que Dios existe y que mira más allá de las preferencias. Ese es mi propósito. Dios existe y es bueno, como dice mi pastor. Nos quiere tal y como somos”, dijo a este diario Michael a un año de la tragedia que cobró la vida de 49 personas, incluido su compañero.

“Dios existe y nos quiere tal y como somos”, reiteró el residente de Tampa y quien visita ahora todas las semanas una iglesia Pentecostal que “me acepta”.

Esa fe a la que se aferra lo ha ayudado en su larga recuperación. Sin embargo, confiesa que a medida que se acerca la fecha de conmemoración del atentado no puede evitar recordar la pesadilla vivida.

“Como este mes va a ser bien duro para mí, toda mi familia viene para acá y la familia de Martín también. Vamos a estar en Orlando, en las actividades que van a hacer en conmemoración de las víctimas”, reveló Michael. 

Añade que se siente adoptado por la familia de su fallecido novio.

“Ella (la mamá de Martín) a veces me llama llorando y a veces yo soy el que la llamo llorando. Nos consolamos mutuamente”, contó. 

Todavía le cuesta trabajo dormir, pero no como los días subsiguientes a la masacre en los que despertaba por horribles pesadillas relacionadas al tiroteo, además del dolor físico que siempre tiene en su pierna izquierda por daños a su sistema neurológico.

Con quien fuera su pareja asegura que ha soñado que todavía está vivo, aunque “quisiera que viniera en un sueño y me dijera que está bien. Lo que sueño con él es de que está todavía vive conmigo”.

Ya pronto Michael espera regresar a trabajar y a bailar, algo que le prometió a su compañero.

“Mi meta ahora es, además de trabajar, volver a bailar. Le prometí a Martín que en el 2018 voy a ir al Día Nacional de la Salsa para bailar. Esa es mi meta”, dijo.

Michael estará de visita en Puerto Rico la próxima semana para participar de la actividad de recordación de las víctimas de Pulse en San Juan.

-Primera Hora te llevará hoy lunes la cobertura más completa de los actos de recordación de las víctimas de Pulse desde Orlando. Nuestro enviado especial Jayson Vázquez estará presente en cada uno de los momentos  dedicados a las decenas de personas que fallecieron esa noche. Para todo lo relacionado al aniversario de la discoteca sigue conectado a Primerahora.com.