Alerta: es una droga inyectable y sustituta de la heroína que deja a los usuarios en estado “zombie”, al tiempo que va devorando poco a poco la piel tornándola color verde o negra, escamosa y putrefacta. De ahí su nombre: Krokodil, que al pronunciarlo es similar a “crocodrile” (cocodrilo en inglés).

No hay datos que comprueben que la letal droga llegó a Puerto Rico, pero al menos un paciente fue identificado y atendido en la Isla - tan reciente como hace dos semanas- con los síntomas secundarios que provoca la Krokodil, luego que el sujeto alegara haber experimentado con el químico en un viaje realizado a Estados Unidos.

El llamado de alerta a las autoridades locales ante la posible entrada de esta peligrosa droga a la Isla está latente, sobre todo tomando en consideración que en lugares tan vinculados a los puertorriqueños -como Nueva York, Orlando, Chicago y Arizona- ya se han registrado algunos casos alarmantes de personas que han caído víctimas de los estragos que causa esta mezcla casera originada en 1932 en Rusia como una alternativa barata a la heroína.

Así lo expresó a Primera Hora el salubrista José Vargas Vidot, director ejecutivo de Iniciativa Comunitaria, quien hizo un llamado a las autoridades a estar preparados ante una eventual llegada del Krokodil al mercado de narcotráfico en Puerto Rico. Se estima que en Puerto Rico hay unos 34,000 usuarios de heroína, según datos ofrecidos por la Administración de Servicios de Salud y Contra la Adicción (ASSMCA).

“Ciertamente, esta droga tiene sus posibilidades de llegar aquí por varias razones, particularmente por la cercanía que hay con algunos de estos lugares. Siempre hemos dicho que entre Puerto Rico y lugares como Orlando o Nueva York hay un “air bridge” o puente aéreo en el que lo que suceda allá se manifiesta acá como si fueran plantas gemelas”, precisó.

“No podemos subestimar la capacidad de una nueva sustancia, sobre todo en un pueblo donde la circunstancias económicas y de vida cotidiana nos llevan a recurrir a actividades de escape...”, agregó el salubrista al aclarar que el Krokodil es una droga que es 10 veces más barata que la heroína tradicional, lo que la hace más atractiva a los adictos.

De hecho, dijo que su preocupación de que la droga llegue a la Isla se acrecienta tomando en consideración que hace dos semanas -mientras realizaba sus tradicionales rondas de prevención y ayuda por lugares concurridos por usuarios- atendió el caso de un paciente con los efectos del Krokodil.

“Se inyectó sólo una vez y no fue en Puerto Rico, fue en un viaje que realizó a Baltimore, Maryland. Y esa única vez le dejó una lesión de necrosis en su piel. Se le veía verde y la piel se le caía”, detalló sobre la devastación que causó en el hombre.

Vargas Vidot tuvo la oportunidad de entrevistar al usuario y éste le confesó que “el arrebato es mucho más fuerte que con la heroína”, pero su efecto pasa mucho más rápido.

“El efecto le duró como media hora, mientras que la heroína pudiera ser entre dos a tres horas”, explicó al añadir que “este dato nos preocupa mucho porque crea la dependencia de que se utilice la droga más cantidad de veces”.

Sobre los efectos de la mezcla casera, detalló que se trata de una combinación letal de codeína (sacada de algún jarabe de tos) con otros químicos como la gasolina, yodo, productos de limpieza, fósforo rojo y hasta disolventes de pintura.

“Es como un tipo de ácido... por eso su efecto tan nocivo a la piel al extremo de que se forman abscesos, infecciones en los tejidos, necrosis y gangrena”, dijo Vargas Vidot sobre la droga, cuyos efectos a largo plazo incluyen mutilaciones graves, encías podridas, infecciones en los huesos, así como problemas en el hígado y riñones.

Por su parte, el doctor Ángel González, asesor médico en desórdenes de uso de sustancias de ASSMCA dijo que en la agencia no se han reportado casos relacionados al Krokodil, pero están en alerta.

“Tenemos preocupación en la comunidad científica respecto a que se adentre la droga a Puerto Rico y por eso estamos en constante monitoreo en la calle... queremos evitar que suceda algo similar a lo que se experimentó con la anestesia de caballo (Xylazina)”, dijo en referencia a la droga inyectable que llegó a la Isla a mediados de los 90 a través de varias casas agrícolas.