La celebración de despedida de año inició esta mañana con contagiosa algarabía en el Paseo de Diego, en Río Piedras, cuando pleneros y personajes de la tradicional Comparsa de Año Viejo sorprendieron a clientes del casco urbano que, entre otras cosas, adquirían pirotecnia para alborotar las fiestas.

Los personajes típicos del viejito de Año Viejo, el bebé de Año Nuevo y la Muerte, entre otros, bailaban, brincaban y tiraban confeti al ritmo de una plena que decía: “Muere 2013, mira ya se va, y el 2014 trae prosperidad”.

De inmediato, las sonrisas, risas y cámaras de vídeo o fotográficas aparecieron entre los ciudadanos que detenían el ritmo de las compras de fin de año para disfrutar de la curiosa tradición promovida por el municipio de San Juan y dirigida por Rafael Rojas, presidente del Grupo de Teatro Coribantes.

“Me parece muy bien, porque le alivia un poco la tensión a la gente, la gente está muy tensa. Y para los que no tienen familia, como yo, le trae un poco de alegría”, comentó a Primera Hora Gladys Atanasio.

“Por un momento se olvida uno de lo que está pasando en el mundo”, añadió.

Minutos antes de la entrada de la comparsa al paseo, el ambiente era menos alborotado y las personas comían o bebían en los comercio de comida y entraban y salían de las tiendas, como una mujer que se encontró  con una conocida y le dijo: “iNena, felicidades! iQué Dios te traiga muchas cosas buenas!”

Entretanto, los vendedores de pirotecnia pregonaban sus productos desde las esquinas de las tiendas. “iLlévatelo! iCinco garbanzos por un peso! iMe estoy liquidando! iLiquidación total!”, gritaba el vendedor Claudio Suriel.

Para él, la clave de la venta es precisamente esa: anunciar su producto y conquistar sonrisas. “(Estoy) voceando y haciendo reír a la gente. Si se ríe, te compran, si no se ríen, no te compran ná”, explicó.

Según varios negociantes, lo más que se venden son los garbanzos y las estrellitas. “Siempre es lo mismo, eso es lo más que la gente busca, en parte porque es lo más económico”, comentó Kelvis Polo de Kasey Accesories.

Aida Acosta prefiere este tipo de pirotecnia –los garbanzos– porque “es lo más seguro” para su niño de cinco años. En el puesto donde compró los garbanzos, la venta era cinco cajitas por $1.00.

Otro tipo de pirotecnia incluía petardos, confeti (party poppers), bolitas de humo, trompitos y correas. Si querían invertir más en los productos, por ejemplo, un paquete de diez fuegos artificiales costaba en uno de los comercios $8.00. También se vendían los gorros de fin de año y las cornetas.

“Va buena (la venta)… Las estrellitas se me acabaron (dos cajitas por $1.00)… Y esos garbanzos parecen oro. Es por lo mucho y lo poco que cuestan, y no es peligroso para los nenes”, opinó Suriel, quien también es vendedor de helados.

Pero si algo se le queda, lo guardará para vender el próximo año.

Mientras comentaba a Primera Hora, la gente seguía acercándose a la mesa que sostenía su abundante mercancía, así que era momento de platicar con la clientela. “Dame uno (de esos garbanzos) para que Jaime se entretenga”, comentó Carla Soto.

La mujer destacó que su hijo de 14 años querría los petardos “pero yo no se los voy a comprar”.  

Ya cerca de las 12:00 del mediodía, el paseo se veía un poco más concurrido que las 10:00 a.m.; sin embargo, Polo tenía poca esperanza de lograr una buena venta para el 31 de diciembre. “Está pasando lo mismo: la economía está muy deteriorada, demasiado floja, no hay ventas que llenen las expectativas”.

Así las cosas, habrá que ver, como decía la canción, si  “muere 2013, mira ya se va, y el 2014 trae prosperidad”.