Las ves en los camiones y en las grúas que pasean por las calles sin semáforos. También en las ventanas de condominios sin electricidad de Río Piedras y en los balcones de campos con árboles caídos a diestra y siniestra, en pueblos tan distantes como Guaynabo y Camuy.

A casi un mes del azote del huracán María -que destruyó miles de hogares e infraestructura como puentes, caminos y edificios y que dejó al país completamente desconectado del servicio público de electricidad y parcialmente incomunicados entre pueblos y hasta con los boricuas en Estados Unidos-, en Puerto Rico se comienzan a ver banderas en lugares donde antes no estaban, esto sin que sea parte de ninguna campaña conocida y, para figuras como el historiador Rafael Torrech San Inocencio, son un símbolo espontáneo de unidad.

En el caso de Torrech San Inocencio, profesor de la Universidad Sagrado Corazón y consultor de propuestas para organizaciones sin fines de lucro, lo que lo llevó a izar una gran bandera de Puerto Rico en su casa en el barrio Guaraguao de Guaynabo fueron las expresiones del presidente Donald Trump, cuando poco antes de viajar a Puerto Rico dijo a través de sus redes sociales que los puertorriqueños “no estaban haciendo lo suficiente” tras el paso del ciclón.

“Yo coloqué un mensaje de que mañana tomaría mi machete y continuaría tumbando palos, pero antes levantaría la bandera en mi casa, para enviar un mensaje especialmente a personas en posiciones de poder que no entienden ni conocen la trayectoria de este país”, dijo Torrech San Inocencio.

Esta decisión de los ciudadanos de apropiarse de la bandera para sus espacios personales,  como carros y residencias, es también algo que se ve en otras jurisdicciones golpeadas por alguna tragedia y no es producto de una campaña publicitaria, dijo el profesor.

Bandera izada en un campo de Camuy. (Facebook)

“Me ha sorprendido favorablemente y creo que es bueno, no he visto a nadie activamente diciendo ‘saquen las banderas’, pero no es una conducta exclusiva de Puerto Rico porque en situaciones de desastre, la gente saca la bandera como símbolo de fortaleza. En el 9/11 sucedió y también con los huracanes de Florida, sacando la bandera de Estados Unidos”, afirmó Torrech San Inocencio.

En el caso de la bandera de Puerto Rico, el historiador recordó que la insignia es un importante símbolo de identidad. Recordó que la “monoestrellada” fue creada a finales del siglo 19 en Nueva York, a principios del siglo 20 fue una insignia proscrita, y aun cuando en 1952 se volvió bandera oficial del país fue vista por décadas como señal de independentistas. Hoy día, todavía es eje de debate político, pero básicamente por el tipo de azul del triángulo, en las que los sectores pro Estados Unidos lo prefieren más oscuro, mientras el nacionalismo o los que desean autonomismo promueven tonalidades más claras del azul o el llamado azul celeste.

Pero en la coyuntura post-María, de caos en Puerto Rico, el exdirector de Planificación y Desarrollo del Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico entiende que la bandera se ha convertido “en una manifestación espontánea de la voluntad de recuperación”.

“No quiero caer en el cliché de Puerto Rico se levanta, es que Puerto Rico es y será una voluntad colectividad que es única y particular”, sostuvo Torrech San Inocencio. “La bandera va a ser un recurso para promover la unidad y desde cierto punto la reafirmación del puertorriqueño de reverdecer el país. Creo que es un movimiento positivo, y más allá de banderas políticas, es un planteamiento de unidad”, sostuvo.

Un historiador entiende que muchos ciudadanos están usando la bandera como símbolo de unidad y deseo de recuperación. (Archivo)

Esta decisión de los ciudadanos de apropiarse de la bandera para sus espacios personales,  como carros y residencias, es también algo que se ve en otras jurisdicciones golpeadas por alguna tragedia y no es producto de una campaña publicitaria, dijo el profesor.

“Me ha sorprendido favorablemente y creo que es bueno, no he visto a nadie activamente diciendo ‘saquen las banderas’, pero no es una conducta exclusiva de Puerto Rico porque en situaciones de desastre, la gente saca la bandera como símbolo de fortaleza. En el 9/11 sucedió y también con los huracanes de Florida, sacando la bandera de Estados Unidos”, afirmó Torrech San Inocencio.

En el caso de la bandera de Puerto Rico, el historiador recordó que la insignia es un importante símbolo de identidad. Recordó que la “monoestrellada” fue creada a finales del siglo 19 en Nueva York, a principios del siglo 20 fue una insignia proscrita, y aun cuando en 1952 se volvió bandera oficial del país fue vista por décadas como señal de independentistas. Hoy día, todavía es eje de debate político, pero básicamente por el tipo de azul del triángulo, en las que los sectores pro Estados Unidos lo prefieren más oscuro, mientras el nacionalismo o los que desean autonomismo promueven tonalidades más claras del azul o el llamado azul celeste.

Pero en la coyuntura post-María, de caos en Puerto Rico, el exdirector de Planificación y Desarrollo del Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico entiende que la bandera se ha convertido “en una manifestación espontánea de la voluntad de recuperación”.

“No quiero caer en el cliché de Puerto Rico se levanta, es que Puerto Rico es y será una voluntad colectividad que es única y particular”, sostuvo Torrech San Inocencio. “La bandera va a ser un recurso para promover la unidad y desde cierto punto la reafirmación del puertorriqueño de reverdecer el país. Creo que es un movimiento positivo, y más allá de banderas políticas, es un planteamiento de unidad”, sostuvo.

“Yo coloqué un mensaje de que mañana tomaría mi machete y continuaría tumbando palos, pero antes levantaría la bandera en mi casa, para enviar un mensaje especialmente a personas en posiciones de poder que no entienden ni conocen la trayectoria de este país”, dijo Torrech San Inocencio.

Esta decisión de los ciudadanos de apropiarse de la bandera para sus espacios personales,  como carros y residencias, es también algo que se ve en otras jurisdicciones golpeadas por alguna tragedia y no es producto de una campaña publicitaria, dijo el profesor.

“Me ha sorprendido favorablemente y creo que es bueno, no he visto a nadie activamente diciendo ‘saquen las banderas’, pero no es una conducta exclusiva de Puerto Rico porque en situaciones de desastre, la gente saca la bandera como símbolo de fortaleza. En el 9/11 sucedió y también con los huracanes de Florida, sacando la bandera de Estados Unidos”, afirmó Torrech San Inocencio.

En el caso de la bandera de Puerto Rico, el historiador recordó que la insignia es un importante símbolo de identidad. Recordó que la “monoestrellada” fue creada a finales del siglo 19 en Nueva York, a principios del siglo 20 fue una insignia proscrita, y aun cuando en 1952 se volvió bandera oficial del país fue vista por décadas como señal de independentistas. Hoy día, todavía es eje de debate político, pero básicamente por el tipo de azul del triángulo, en las que los sectores pro Estados Unidos lo prefieren más oscuro, mientras el nacionalismo o los que desean autonomismo promueven tonalidades más claras del azul o el llamado azul celeste.

Pero en la coyuntura post-María, de caos en Puerto Rico, el exdirector de Planificación y Desarrollo del Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico entiende que la bandera se ha convertido “en una manifestación espontánea de la voluntad de recuperación”.

“No quiero caer en el cliché de Puerto Rico se levanta, es que Puerto Rico es y será una voluntad colectividad que es única y particular”, sostuvo Torrech San Inocencio. “La bandera va a ser un recurso para promover la unidad y desde cierto punto la reafirmación del puertorriqueño de reverdecer el país. Creo que es un movimiento positivo, y más allá de banderas políticas, es un planteamiento de unidad”, sostuvo.