Viajaron 3,600 kilómetros para hacer realidad su sueño de casarse arrullados por las olas en San Juan, y el momento anhelado se logró el pasado 7 de febrero, cuando bajo la sombra de las palmeras John Murray y Arkisha Beasley contrajeron matrimonio ante el ministro Nelson Andújar, en la playa de El Escambrón.

Los enamorados, oriundos del estado de Kansas, en Estados Unidos, se suman a cientos de parejas que, cada vez con más frecuencia, escogen a Puerto Rico para realizar su casamiento como parte de las llamadas bodas de destino que en 2012 ascendieron a 624, según informó el Registro Demográfico.

“Tendremos una gran aventura aquí”, afirmó en tono firme Murray a menos de 12 horas de arribar a la Isla. En ese momento se disponía a completar, junto con su prometida, los documentos para obtener su licencia de matrimonio en la Oficina del Registro Demográfico, en Plaza Las Américas.

En menos de 20 minutos completaron el trámite, y Arkisha explicó que lo que la llevó a pensar en Borinquen fueron las imágenes de las playas de la Isla que vieron en Internet. “No hizo falta pasaporte y eso nos gustó mucho. Ahora esperamos buen clima y un bello paisaje para casarnos en la playa”, agregó la novia.

Amor tropical

“Nos comprometimos en la isla de Hawái y decidimos casarnos en otra isla, Puerto Rico”, expresó John sobre su historia de amor, revelando que todo empezó en una animada noche de discoteca en Kansas.

“Ahora voy a hacer oficial, ante Dios, el amor que siento por la mujer de mis sueños”, exclamó el joven analista de datos a cuatro horas de la boda, que fue coordinada por Carmen Anabitarte, especialista en bodas de destino, quien ha atendido parejas canadienses, asiáticas y europeas, entre otras, que han contraído su matrimonio en Borinquen.

El reloj avanzó y, con sus atuendos nupciales, la pareja caminó a media tarde hasta la orilla de la playa para contraer nupcias en una sencilla ceremonia.

“Estoy muy contenta. Estaba un poco escéptica al principio, pero Puerto Rico es muy hermoso y todo el mundo ha sido amable con nosotros. Todo ha sido muy emotivo”, afirmó Arkisha, acompañada de su hija Brice, de siete años.

La pareja llevaba varios años de relación y aprovecharon sus vacaciones de invierno para casarse y, a la vez, conocer sobre la cultura de Puerto Rico, su gastronomía y, sobre todo, disfrutar sus playas, precisó la novia.

“Queremos ir al Viejo San Juan, al bosque lluvioso, a las playas, beber algunos mojitos y disfrutar”, añadió John después de dar el sí y animarse a dar algunos pasos de salsa.

En las Cavernas

Anabitarte, coordinadora de WedAffair, entidad especializada en bodas de destino y que se mercadea principalmente por Internet, dijo a este medio que entre los lugares preferidos de parejas extranjeras para casarse figuran El Morro, el Viejo San Juan, las playas y hasta las Cavernas del Río Camuy.

Las cuevas, precisamente, fueron escogidas por Victoria y Mike Ferguson, de Middleton, Wisconsin, quienes contrajeron nupcias en esa jurisdicción camuyana en diciembre pasado. Los esposos destacaron que el proceso legal para casarse en Puerto Rico fue muy fácil y se expresaron de forma positiva sobre su estancia en el país, dijo Anabitarte.

La ley 127 del 11 de agosto de 2010, conocida como el estatuto sobre bodas de destino, se aprobó con el objetivo de facilitar los trámites a parejas extranjeras que desean casarse en Puerto Rico y eliminó el requisito de pruebas de sangre como condición para expedir la licencia de matrimonio.

No obstante, exige certificación médica que indique que cumplieron con todas las pruebas requeridas para contraer matrimonio en su lugar de residencia, entre otros documentos.