Decenas de envejecientes residentes en la égida Golden Age, en Toa Baja, desalojaron sus hogares hoy como parte del ejercicio Lantex 2014, ante la posible eventualidad de un tsunami.

El ejercicio - liderado por el alcalde Aníbal Vega Borges- comenzó a las 10:00 de la mañana luego que una llamada alertara a las agencias de emergencia municipal ante la idea de que un tsunami podía afectar a la zona en un período de tres horas.

Enseguida sonó la red de alarmas del municipio y en cuestión de minutos personal de la Policía, ambulancias y rescatistas de Manejo de Emergencias llegaron a la égida.

Con un megáfono Vega Borges comenzó a dar instrucciones a su equipo. "Necesitamos que se aseguren de que no quede nadie en los apartamentos. Mucha precaución con los ancianos en silla de rueda...", dijo el Alcalde como parte de la dramatización antes de subir al segundo piso del edificio y comenzar a desalojar a las personas.

Los envejecientes, en su mayoría se mostraron cooperadores con el plan de desalojo y fueron orientados a que de tratarse de una emergencia real deberían llevar consigo sus medicamentos, identificaciones y planes médicos. Hubo uno que otro que fue traicionado por los nervios pero, eventualmente, fueron calmados por los rescatistas. "Tranquila, no se asuste, este es un ejercicio... no pasa nada. Venga conmigo para que pueda ser desalojada", se le explicó a doña Rosa Delgado, quien participó voluntariamente del simulacro acompañada de su hija Marta Medina. "Es que está nerviosa, pero ya le explicaron y es bueno que practiquemos por si pasa algo", expresó Medina.

Una vez abajo, los ancianos fueron trasladados en unas guaguas del municipio a un lugar seguro. Tras unos 20 minutos, el simulacro había culminado con "éxito", según sus organizadores. "Claro, siempre hay espacio para mejorar pero, de eso se trata este ejercicio", dijo Vega Borges al mencionar como ejemplo, que se deben marcar las puertas una vez se haya constatado que esa vivienda fue desalojada.

De otra parte, el alcalde explicó que el simulacro se llevó a cabo simultáneamente en escuelas y otros centros de envejecientes. "En total 5,800 niños participaron del ejercicio y de ellos 2,500 efectuaron el desalojo en su totalidad y fueron trasladados a lugares seguros", dijo Vega Borges al indicar que en su municipio unas 65,000 personas viven en zonas de peligro en caso de un tsunami.

El último maremoto en Puerto Rico ocurrió el 11 de octubre de 1918 cuando se registró un temblor de magnitud 7.3 que afectó el área de Mayagüez y donde fallecieron 116 personas.