Con el calor veraniego son muchas las personas que se van del área metropolitana a vacacionar, ya sea a la playa o al campo. También en la urbe son muchos los niños que salen a los patios y áreas verdes a jugar en sus vacaciones escolares.

Imagínese usted que se está refrescando en una playa del sur de la Isla y de repente siente una quemazón en la espalda, una masa gelatinosa se le ha pegado y le ha dejado una sensación de un molestoso calor. Usted ha sido atacado por una fragata portuguesa, una –sino la peor– de las aguasvivas que causan efectos nefastos con las sustancias que expelen por sus tentáculos, cuyas marcas se imprimen en la piel.

Asímismo, una pequeña araña negra llamada viuda negra, distribuida en todo Puerto Rico, lo puede picar en el medio de los dedos, en el lóbulo de una oreja o en el área genital si entra a una letrina; y el dolor de esa picada quizás lo lleve a desmayarse. Es la pequeña araña la que produce la picada más venenosa que se ha registrado en Puerto Rico.

¿Sabe usted cómo actuar en caso de que un animal lo pique? ¿Qué hay que hacer?

El biólogo Miguel Canals, oficial de Manejo del Bosque Seco de Guánica, advierte que los animales más venenosos en Puerto Rico son las viudas negras.

“Son bien comunes en el Colegio Universitario de Cayey, en el Bosque Seco de Guánica, pero, en general, en todo Puerto Rico. Miden aproximadamente una pulgada, son de terciopelo negro. El otro día me llamaron de que había una plaga de viudas en un patio de una casa en Ensenada, en Guánica, y se tuvo que echar insecticida”, dijo Canals.

El experimentado biólogo dijo que no se debe subestimar la capacidad del daño que puede causar una viuda negra ya que una picada de éstas en el lóbulo de la oreja, entre los dedos y hasta en los genitales, en personas que utilizan letrinas públicas puede ser sumamente peligrosa.

“Es obligado ir al hospital, el dolor es tan y tan intenso que no se puede”, agregó.

De otra parte, contrario a la creencia popular de que las culebras de Puerto Rico no son venenosas, Canals y el herpetólogo y especialista en biodiversidad, Rafael Joglar, coinciden en que las mordeduras de estos animales requieren atención.

“Hay gente que siente la mordedura y no se infecta ni le da reacción alérgica. Sin embargo, ha habido casos de personas que hasta han estado a punto de perder extremidades. Cuando trabajaba en El Yunque, los niños jugaban con las culebras y sufrían mordeduras. Dicen que no hay culebras venenosas, pero si el niño es alérgico se pueden desarrollar complicaciones.

“Yo soy biólogo y no las toco”, dijo Canals.

Inclusive, el experto en culebras, el profesor de la UPR Richard Thomas, permaneció tres días en el hospital luego que sufriera una baja en la presión y problemas de coagulación luego que una culebra de Puerto Rico lo mordiera.

“Estas culebras son venenosas y su veneno es anticoagulante por lo que uno sangra mucho”, narró Thomas a este diario.

De su parte, Joglar, experto en biodiversidad, advirtió que a medida que se hacen más populares en Puerto Rico las especies exóticas como culebras venenosas de otros países que llegan en correo privado, “ aumenta la posibilidad de que haya accidentes en los que no haya un protocolo establecido sobre cómo proceder”.