El colectivo "Vidas Viequenses Valen", integrado por habitantes del islote puertorriqueño de Vieques, se manifestarán mañana, lunes, en contra de varias explosiones, que aseguran, hizo la Marina de Guerra de EE.UU., a pesar de que esta abandonó la zona en el año 2003.

Según detalló hoy en un comunicado de prensa la portavoz del grupo, Myrna Pagán, los días 25 y 27 "se escucharon las explosiones, se sintieron y se vieron las columnas de humo esparciendo al aire los residuos de gases tóxicos de las explosiones provocadas por la Marina desde nuestras ventanas y lugares de trabajo".

"Es de las más fuertes que hemos sentido, pero es nuestro pan de cada día. Después de las seis décadas de bombardeo y contaminación este pueblo se levanta a denunciar esta práctica y a exigir el uso de alternativas existentes para la limpieza de nuestras tierras y mar", sostuvo Pagán.

Aunque oficialmente la Marina de EE.UU. abandonó Vieques en 2003 actualmente cerca de la mitad de la pequeña isla situada al este de Puerto Rico, de una superficie de 52 millas cuadradas, permanece cerrada a la población y bajo la gestión del Servicio de Pesca y Vida Silvestre de EE.UU.

La Marina de EE.UU. abandonó Vieques por presión popular en 2003 y desde entonces realiza tareas de limpieza de los restos de los ejercicios militares que llevaron a cabo durante más de 60 años, con una inversión acumulada, según fuentes militares estadounidenses, de 220 millones de dólares.

"La limpieza de Vieques es una farsa, no se está limpiando nada. Lo que están haciendo es quema abierta y detonaciones", alegó Pagán, quien convocó a la protesta el lunes a las 17.00 hora local (21.00 GMT) en el Faro Punta Mulas, en la entrada del Restoration Advisory Board de la Marina.

Pagán alegó que las Fuerzas Armadas de EE.UU. "generan más desechos tóxicos que cualquier otra empresa", mencionando que la Oficina de Rendición de Cuentas del Gobierno estadounidense estima que los cuerpos militares tendrán que desechar 505.302 toneladas de municiones antiguas en los próximos años.

"La mañana de la detonación no podía respirar, mi papá me dijo me daban esos ataques de asma desde que era pequeña cuando la Marina hacía sus maniobras", dijo por su parte Kiany Connelly, también miembro de "Vidas Viequenses Valen".

"Por lo general estoy saludable, pero estas últimas dos detonaciones las sentí fuerte, no podía parar de toser. Hace tiempo no me pasaba", añadió Connelly.

Pagán contó además que se comunicó con la Agencia de Protección Medioambiental -ente del Gobierno encargado de asuntos de medioambiente y salud- y le dijeron que estaban destruyendo unas 300 unidades más cerca de la frontera con la comunidad.

"Si no fuese porque llamo, no me entero. Nos tienen sin información, destruyen la artillería y no nos permiten prepararnos para protegernos de los efectos nocivos. Los secretos de la Marina son letales", denunció.

Por su parte, Ismael Guadalupe -conocido activista a favor de la salida de la Marina- dijo además que cuando se queman desechos tóxicos con quema abierta, detonación abierta o incineradora no se destruyen los desechos tóxicos.

"Algunos de los químicos van por el aire y se dispersan por el medioambiente, contaminando la tierra y el agua, y dañando la salud de las comunidades cercanas", afirmó.