Quebradillas. Es una nave impresionante que cubre casi el ancho del puente de la represa del lago Guajataca. Allí, el helicóptero del Cuerpo de Marines de Estados Unidos aterrizó, primeramente, para bajar a la tripulación. 

Como hormigas, alrededor de 20 militares bajaron a toda velocidad de la nave y ocuparon sus puestos al lado de una hilera de vallas de cemento, que mayormente se utilizan para dividir carriles en las carreteras del país. Están colocadas en orden en el puente.

Estas barreras tienen un propósito relevante en los trabajos que llevan a cabo estos días en el área del aliviadero de la represa, la cual presenta una fisura y que fue la razón primordial del corre y corre en los municipios de Quebradillas, Isabela y San Sebastián, el día después del paso huracán María hace dos semanas, ante la posibilidad de un colapso. Esto obligó el desalojo de miles de familias de zonas aledañas a la represa.

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Ahora, el Cuerpo de Ingenieros del Ejército de Estados Unidos dirige una serie de trabajos para darle estabilidad a una de las paredes del aliviadero que continúa recibiendo agua del lago ante las continuas lluvias en los últimos días.

Y la colocación de estas barreras de concreto es una de las fases en el plan de trabajo, explicó ayer el coronel Roberto Solorzano.

“Con las vallas queremos darle estabilidad al lado norte del aliviadero. El propósito es estabilizar esa pared. La presión del agua está erosionando el borde (de la represa) y hay que tratar de detener eso ”, dijo ayer Solorzano antes de la llegada de la nave. “Esto es un reparo provisional ante la situación surgida por el huracán María y en el futuro ya trabajarán en un plan para que dure muchos años”.

Solorzano estimó que necesitarán entre 600 y 800 vallas. Ayer fue el tercer día de este tipo de trabajo. El coronel esperaba ayer lanzar alrededor de 80 barreras en horas de la tarde. En un periodo de cinco a siete minutos, la nave tomaba la valla con un gancho y luego la lanzaba a la represa.

“Vamos a utilizar una combinación de elementos para darle estabilidad a esa pared. Mañana (hoy) esperamos traer unas bolsas de arena que también nos van a ayudar”, dijo Solorzano. 

Antes del lanzamiento de las barreras, varias máquinas pesadas también hacían ayer labores en el área del aliviadero. Una de ellas colocaba rocas junto a las vallas.

“El esfuerzo que estamos haciendo es uno grande y costoso. Lo más importante es que queremos hacer un impacto en esta comunidad para que la gente pueda sentirse segura”, continuó el coronel al reconocer que la lluvia en los últimos días no ha ayudado en las labores. “Subió al nivel de antes; este trabajo no es tan fácil”, admitió.

En estos días, algunos residentes del barrio Guajataca han observado los trabajos en la represa con el helicóptero. Varios de ellos salen de sus residencias en la parte superior del barrio para ver a la nave, al tiempo que otros llegan a la represa con celulares en mano. Este sector no enfrenta ninguna amenaza en caso de algún colapso.

“En los últimos dos días he visto a los helicópteros lanzando esas vallas de cemento para tratar de arreglar la parte que está dañada en la represa”, compartió don Eloy Acevedo en su residencia con vista al lago Guajataca. “Es un trabajo importante para evitar más daños a esa parte de la represa”, agregó Acevedo, de 78 años.

Mientras, otra residente de este sector comentó que “todo lo que hagan ahí es bueno. Conozco gente de Planas (en Isabela) que están nerviosos con la situación de la represa y es bueno que ellos vean que están trabajando para tratar de corregir el problema”.