Camuy. En los pueblos costeros de Quebradillas, Camuy y Hatillo, la tensión ha aumentado entre los ciudadanos al continuar escuchando los pronósticos de que el punto de salida del huracán María será por esta región de la Isla, el jueves.

“Por lo que se oye será algo monstruoso y ahora dicen que saldrá por Quebradillas. Es algo muy fuerte”, dijo el camuyano Jesús ‘Pichy’ Velázquez, uno de los refugiados en la escuela Laurentino Estrella de Camuy.

“Esto está bien feo. Este huracán nos va a arropar y me preocupa bastante”, dijo Luis Rivera, una de las pocas personas que transitaba por la Plaza Pública de Quebradillas antes de caer la noche.

Unas 112 personas, incluyendo niños, se encontraban refugiadas en diversas escuelas de estos tres municipios de la zona norte, según información ofrecida por sus respectivos alcaldes.

En Quebradillas, el primer ejecutivo Heriberto Vélez precisó que 30 personas llegaron a la escuela Manuel Ramos para refugiarse, a la vez que no pudo ocultar su temor por los daños que podría ocasionar este evento atmosférico, con vientos de 165 millas y mucha lluvia, en su municipio.

“Desde un principio sabíamos que iba a estar saliendo entre Isabela y Arecibo, pero ahora lo ubican más cerca de Quebradillas y eso nos tiene más preocupado. Hemos hecho todo lo posible para garantizar la seguridad de nuestra ciudadanía y, hasta ahora, tenemos unos 30 refugiados en una escuela”, dijo Vélez.

“Mi mayor preocupación son las casas de madera en áreas como Terranova, San Antonio y Guajataca. Hemos orientado a las personas para evitar accidentes”, aseguró.

En Camuy, el número de refugiados era más elevado. El alcalde Edwin García detalló que 76 personas estaban refugiadas en dos escuelas: en la Laurentino Estrella (52) y en la Santiago R. Palmer (24). “Era el número que habíamos estimado. Tenemos muchas personas del sector Calle Abajo, que es un área muy cercana a la playa. Hemos contado con la cooperación de las personas y esperamos que el número aumente durante esta noche y mañana en la mañana”, dijo García.

Pichy Velázquez fue uno de los ciudadanos que llegó de manera voluntaria a la escuela. “Donde vivo es una zona que se inunda y vine voluntariamente por mi seguridad”, dijo Velázquez.

En Hatillo, la cifra de personas refugiadas era menor. A las 3:00 p.m. solo ocho personas habían llegado a las dos escuelas que servían de refugio, dijo el alcalde José ‘Chely’ Rodríguez. “Nosotros nos encargamos de llevar el mensaje a todos los sectores cercanos a la playa como la Urbanización Mar Azul y Costa Norte, entre otros. Sabemos que ese número de refugiados es poco, pero esperamos que durante la noche sea mayor. También esperamos que las personas de esas zonas se hayan ubicado con familiares en lugares más seguros”, dijo Rodríguez.

Largas filas para abastecerse

Autos haciendo fila para entrar a un puesto de gasolina y otros en un servi-auto de una panadería, al tiempo que algunas personas se alimentaban tranquilamente en una pizzería, era el movimiento de varias personas en las calles de los pueblos de Camuy, Quebradillas y Hatillo al filo de esta noche antes de la llegada del poderoso huracán María a la Isla.

“Como siempre, lo dejé para última hora y ahora estoy aquí buscando gasolina para el carro y la planta eléctrica. Al menos, esta gasolinería está abierta hasta esta hora (7:00 p.m.) y ha sido un resuelve”, dijo una persona que no quiso identificarse mientras esperaba por su turno en una gasolinería en Camuy.

Al menos, unas tres panaderías estaban abiertas en la carretera número dos entre Quebradillas y Hatillo con un alto volumen de clientes en cada una.

Y otros llegaron hasta la pizzería del pueblo de Camuy para alimentarse, fuera por hambre o ansiedad.