Durante meses, su trabajo se vio a la deriva. El poderoso huracán María fue inclemente no solo sobre tierra, sino también en el mar. Los botes no podían salir al agua, las costas se afectaron, las marejadas castigaron al carrucho, los arrecifes de coral se dañaron, los peces no estaban es sus zonas habituales. 

Desde ese fatídico 20 de septiembre, el pescador ha estado navegando contra la corriente. Como explicó recientemente Juan Molina, pescador de Cataño, su oficio no está rindiendo muchos frutos en estos días. 

“Tras el paso del huracán, las áreas (de pesca) se afectaron muchísimo. Inclusive esto aquí (la costa de Cataño) estaba que no se podía echar un bote porque se llenó de arena…. siempre se perdió algo del equipo y cosas así. Pero no estamos pescando como tal, como normalmente se pesca. Estamos perdiendo”, explicó Molina. 

“Ahora mismo, no se puede precisar qué tanto sea el cambio (como consecuencia de María), porque es tan poco tiempo, y estuvimos tanto tiempo fuera de trabajar normalmente. Ahora es que vamos a empezar a trabajar normalmente, de cara a que no venga otro sistema y haga otros daños peores”, agregó el pescador. 

“Pero aquí ahora mismo el huracán no solamente afectó la pesca, el carrucho lo sacó del agua porque el carrucho está cerca de la costa. Cuando hay marejada lo saca a la tierra. Entonces se afecta la reproducción del carrucho, porque lo saca todo de un cantazo. Y esas cosas están pasando en muchos sitios en todo Puerto Rico”, afirmó Molina.

Cambió el escenario 

La zona este, una de las áreas con mayor desarrollo de la pesca comercial, ya no es ni la sombra de lo que fue. Algunas de las Villas Pesqueras están cerradas, los muelles están destruidos, las lanchas de pescadores se pueden contar con los dedos de las manos y el ambiente de desastre es más que evidente.

Tal es el caso de la Villa Pesquera de la Playa Húcares en Naguabo donde han luchado por mantenerse a flote. Actualmente cuentan con menos pescadores, menos comercios para la venta de sus productos y tienen que ir más lejos para conseguir una buena pesca.

“La villa contaba con 22 miembros activos y hay 11 en la actualidad. No hemos podido recuperarnos a un 100 por ciento. Estamos produciendo a un 45 por ciento de lo que hacíamos antes. Yo contaba con una línea directa de nueve pescadores y actualmente tengo tres”, sostuvo Carlos. J. Velázquez, presidente de la Corporación de Pescadores Unidos de Playa Húcares. 

No obstante, Velázquez entiende que hay pesca, pero reconoce que para lograr regresar a los buenos tiempos deberán ayudar al ambiente marino en su recuperación. 

“No es que no haya pesca, la hay, pero no está como antes. Hay que esperar a que se recupere, pero tenemos que tener en cuenta que así como fue de fuerte el embate del huracán en la tierra, igual de devastador fue en el fondo del mar de áreas como Ceiba, Naguabo, Vieques, Humacao y Yabucoa”, explicó Velázquez, quien suele ir a pescar a Fajardo, Culebra y al este de Vieques. 

Mientras tanto, el municipio de Ceiba parece haberse borrado del mapa de la pesca comercial, ya que la Villa Pesquera de la Playa de Los Machos fue cerrada tras el devastador ciclón. La zona quedó desolada, devastada y apenas pueden divisarse uno que otro pescador recreativo entre los escombros y el sargazo.

“La Asociación de Pescadores de la Playa Los Machos estaba equipada, teníamos freezer y todo tipo de maquinaria, pero el huracán rompió una puerta y todo eso se dañó. A consecuencia de eso cerramos operaciones porque no había capital para invertir y no tenemos intención de reabrirla”, confirmó Félix Correa, quien fungía como presidente de esa asociación.

Ahora Correa, a sus 60 años de edad, es pescador independiente, pero el panorama tampoco parece muy alentador. “Está bien difícil, hubo años que la pesca mermó y luego se normalizó, pero desde que vino María la fauna marina se afectó, la yerba del fondo la arrancó, las piedras las viró y, cuando se dañan los arrecifes, los peces que quedan se van para otro lado”, dijo Correa. 

En cambio, en la zona de Fajardo, la Villa Pesquera de Las Croabas se mantiene operante y, según la Presidenta de la Federación de Pescadores de Las Croabas, Awilda Torres, la pesca sigue dando frutos aunque a un paso más lento y con ciertos escollos como el aumento notable en la cantidad de sargazo que se ha adueñado de la costa.

“Aunque la pesca está lenta por el sargazo, entendemos que eso es parte de la naturaleza porque vivimos un episodio igual para el 2015. Esta vez el desprendimiento es más grande y Recursos Naturales debe tomar en cuenta que como es parte de la naturaleza tienen que tomar las medidas necesarias para hacer la limpieza y evitar la erosión”, dijo Torres. 

En tanto, en la Villa Pesquera de Punta Santiago en Humacao la cosa está de mal en peor, tanto en el mar como fuera de este.

“María ha cambiado muchísimo las condiciones del mar. La pesca está bastante difícil a tal extremo que ayer tuve que ir a Cabo Rojo a buscar pescado y me traje 200 libras de sierra y casi 500 libras de mariscos. Además, las embarcaciones sufrieron mucho y solo contamos con 14 pescadores activos en la villa”, relató Antonio Torres Torres, presidente de la Villa Pesquera de Punta Santiago en Humacao.

“Esto está peor. Esta difícil salir a pescar, coger la pesca y venderla. Esto se ha agravado, pero tratamos que sobrevivir. Para colmo las ventas están peores, mucha gente no tiene electricidad para guardar sus pescados, los restaurantes han cerrado y los que no prefieren comprarles a los buzos. A veces pasan dos o tres días que no vendo ni una escama cuando todos los días se vendía pescado”, indicó Ángel L. Martínez, quien pertenece a los Pescadores Unidos de Punta Santiago Humacao, Inc. y cuenta con una pescadería.

La lucha de estos pescadores no comenzó el 20 de septiembre de 2017, pues llevan 18 años (2000) esperando por una rampa en la zona. Ahora, la falta de ayudas tras el desastre provoca mayor desánimo en estos trabajadores del mar.

“Nosotros no tenemos las facilidades de rampas que tienen otros pueblos y aún estamos esperando por la rampa. El gobierno supuestamente va a arreglar el muelle con unos fondos designados por un artista, pero ese muelle con un mal tiempo se va a 'esbaratar'. En vez de eso deberían hacer una rampa. Además, Agricultura se reunió con nosotros y nos prometió 1,500 pesos para materiales para cada pescador que tenga licencia y llene estadísticas. Pero hacen más de seis meses que lo prometieron y ni la cara del tipo que vino ni los 1,500 se han visto por ahí”, comentó Martínez.