Hay sucesos violentos que, a fuerza de repetirse, deberían provocar una indignación seguida de un plan que los evite. La violencia de género es uno de ellos. Doce mujeres han sido asesinadas por sus parejas o exparejas en lo que va del año. Cinco de los homicidas se suicidaron luego de matarlas, por lo que ni siquiera enfrentaron la justicia.

Nadgie Cintrón Vázquez, de 43 años, fue asesinada el 10 de septiembre a machetazos por su pareja Nelson Rivera Cruz, de 52 años. Dos días antes  había sido asesinada a martillazos Marangelly Renta, de 22.

En agosto, y de un disparo en la cabeza, fue asesinada en Gurabo Sandra Ivette Mojica Estrada. El homicida, Carlos M. Padilla Viera, huyó y sigue prófugo. También en  agosto, pero en Mayagüez, Jeysel Gordils Ramos fue asesinada a tiros por el guardia de seguridad César J. Pabón Santiago, quien se suicidó.

Al atardecer del 14 de julio fue baleada María Santiago Torres. Su asesino, José Sánchez Bermúdez, se suicidó de un disparo. Baleada por su pareja también encontró la muerte Anabel Marrero Pérez. La mató el 12 de mayo Rosendo Ortiz Feliciano, un individuo que en 1993 había matado a otra mujer.

En marzo, Virginia Olivencia Marrero, de 39 años, fue apuñalada con un cuchillo de cocina.     Joel Machado Rivera era su esposo y también el homicida.

Angélica Olán Maldonado recibió un disparo en la cabeza de Frankie López Ortiz, quien no se intimidó ni por el sargento que intervino. El individuo se suicidó.

También se suicidó Luis González después de dispararle en la cabeza a Ángela López, de 48 años.  

 En Juana Díaz, Mirna García Camacho, de 47 años, fue estrangulada por su pareja Juan Aponte Figueroa, de 52 años, quien se ahorcó.

El 21 de enero había sido estrangulada Ana González Medina, también de 47 años. Fue el esposo, Ángel Crespo, quien confesó el crimen y se ahorcó antes de que llegara la Policía.

La primera mujer asesinada este año fue Lydia Natal Torres, de 71 años, quien fue apuñalada por su esposo José Rivera Serrano, de 86.

En enero también fue asesinado un hombre, Ricardo Pedraza. Zunia Toledo Couvertier confesó el crimen y dijo que era víctima de un patrón de violencia de género.