Mayagüez. Destruidos.

Diana Muñiz Ortiz escuchó a su bebita de 14 días llorar de hambre y la sacó del moisés para alimentarla. Se acomodó en la cama, junto a su esposo y orgulloso padre, Javier Figueroa Martínez, y comenzó a lactarla.

El reloj ya marcaba la medianoche y, sin darse cuenta, el cansancio se apoderó de los padres de la pequeña Janahís Diane y ambos se quedaron dormidos.

Poco después de la 1:00 de la madrugada, despertaron a la pesadilla que ayer los mantenía agobiados: la niña había quedado entre ambos padres dormidos y se asfixió.

Diana, una joven estudiante de hospedería, que vivía emocionada con su nueva etapa de ser madre a los 20 años, emprendió, junto a su esposo, carrera con la bebé hasta el hospital materno infantil San Antonio, de Mayagüez, donde el doctor Edwin Antonmattei certificó que había llegado sin vida.

La bebé arribó al hospital con sangrado en la boca y la nariz.

Destrozada, Diana sacó fuerzas para narrar a Primera Hora el horror de encontrar “moribunda” a su hija cuando despertó junto a su marido, un humilde obrero de construcción que a sus 37 años por fin había logrado el sueño de ser padre.

“Uno se cree que una cosa así no le puede pasar a uno y mira lo que estamos pasando ahora mi esposo y yo’’, dijo Diana, que ayer estaba medicada y con la profunda tristeza calcada en su rostro.

La joven recordó que una hora antes de la súbita muerte, la bebe se reía con ambos. “Estaba lo más bien, riéndose con nosotros, y una hora después estaba muerta, sin pulso’’, dijo la angustiada madre.

Dijo que cuando se despertó oyó el televisor encendido y cuando se movió de la cama a apagarlo, vio sangre. Entonces, cargó a su hijita y se percató de que estaba “monguita’’.

El matrimonio reside en una vivienda de dos pisos en la calle Belisario del Valle del barrio urbano Balboa, de Mayagüez, con Francisca Martínez Hernández, madre del esposo de Diana. La abuela despertó con los gritos desgarradores de los padres de la bebita.

“Mi hijo me llamó gritando al cuarto y me decía: 'Mami, no respira', y yo le dije: 'Corre con ella para el hospital, que yo voy después'. Luego, un vecino me llevó’’, rememoró la abuela.

Ayer, el padre de Janahís Diane estaba tan afectado que no quiso hablar. Sólo se le vio conversando con la Policía.

La pareja realizaba ayer gestiones con la Funeraria Martínez para que una vez se le practique la autopsia a la bebita hacer un velorio íntimo, en familia, y darle cristiana sepultura.

Los vecinos del barrio daban cuenta de lo unida que es esa familia, que por décadas ha residido en esa comunidad humilde en el casco urbano de la ciudad de Mayagüez.

“Son gente buena, que siempre han vivido aquí. Es algo bien lamentable, pero esas cosas suceden y uno no cree que pasarán tan cerca de uno’’, dijo María Hernández, vecina de la pareja.

INCIDENTE DESGRACIADO

El agente Rafael Mercado, de la Unidad de Homicidios del Cuerpo de Investigaciones Criminales (CIC) de Mayagüez, dijo que la investigación preliminar arroja que se trata de un “incidente desgraciado” de persona, que podría rayar en algún grado de negligencia.

Mercado acudió en horas de la madrugada y ocupó la ropa de cama de la habitación matrimonial, así como la ropa que la bebé tenía puesta cuando ocurrió el incidente.

“Es una aparente negligencia de parte de la madre, en medio de un pequeño descuido, ya que la bebé estaba llorando y la llevó a la cama para lactarla, y es cuando aparentemente se quedan dormidos y muere por asfixia’’, dijo el agente Mercado.

Indicó que el fiscal Andrés Fernández Vera ordenó el traslado del cuerpo al Instituto de Ciencias Forenses, junto con la evidencia ocupada en la residencia, para practicar la autopsia y determinar la causa oficial de la muerte.

“Por el momento no tenemos evidencia de que hubo mano criminal’’, añadió.