Ricardo Alegría Gallardo nació en San Juan (Puerto Rico) el 14 de abril de 1921. Su infancia y adolescencia transcurrieron entre San Juan y Loíza Aldea, donde su abuela tenía una finca en la que  pasaba temporadas. Cursó su bachillerato en la Universidad de Puerto Rico, recinto de Río Piedras, y luego se marchó para realizar una maestría en antropología en la Universidad de Chicago.

En la década de 1950 obtiene una beca de la Fundación Guggenheim con la que pudo cursar su doctorado en la Universidad de Harvard, donde obtuvo su grado en antropología e historia.

De regreso a Puerto Rico, Alegría se destacó por sus estudios acerca de la historia indígena de Puerto Rico, plasmados en numerosas investigaciones arqueológicas y en diferentes trabajos académicos.

Dentro del estudio de la historia antigua puertorriqueña, Ricardo Alegría profundizó también en el mestizaje de las tradiciones hispanas y africana que se encontraron en las islas, con especial atención a la pervivencia de estas tradiciones en las costumbres, las formas de vida, el arte popular, la religión y folclor de Loíza Aldea.

En la  biografía autorizada, Ricardo Alegría: Una vida, escrita por  la doctora Carmen Dolores Hernández, se destaca que Alegría  se convirtió en el primer antropólogo profesional de Puerto Rico en 1947 cuando tenía 26 años de edad. Un año después fue nombrado al puesto de director auxiliar del Museo de Historia, Antropología y Arte de la Universidad de Puerto Rico, donde llevó a cabo la  labor  de documentar la prehistoria indígena puertorriqueña.

En 1949, como director en propiedad, Alegría  convirtió este espacio en el primer museo de arte que tuvo el país, así como en un centro importante de antropología e historia.

Alegría también estableció el Centro de Investigaciones Arqueológicas y Etnográficas que puso en práctica el  programa de excavaciones e investigaciones, siendo su principal hallazgo que en Puerto Rico hubo dos fase de la cultura aruaca: la igneri y la taína.

La visión cultural de Alegría, según publicó Dolores Hernández en el periódico El Nuevo Día,  “guió al país hacia una toma de conciencia radical de la importancia de la cultura puertorriqueña en todas sus formas, a su fortalecimiento y a su conservación”.

En 1949 el historiador dirigió la filmación de La Fiesta de Santiago Apósto en Loíza, siendo éste el primer documental a colores que se hiciera en Puerto Rico.

En 1955 el historiador es nombrado como el director del entonces recién inaugurado Instituto de Cultura Puertorriqueña, donde estuvo 18 años. En esta institución llevó a cabo una labora de gran importancia al establecer un programa se conservación histórica con el que pudo lograr la preservación y renovación del Viejo San Juan.

En 1973 Alegría fue director de la Oficina de Asuntos Culturales bajo la gobernación de Rafael Hernández Colón. En 1976 fundó el Centro de Estudios Avanzados de Puerto Rico y el Caribe. En 1992 fundó el Museo de las Américas. También fue el fundador y organizador de la Escuela y los Talleres de Artes Plásticas de Puerto Rico, fue promotor de la Bienal del Grabado Latinoamericano y catedrático de Antropología de la Universidad de Puerto Rico.

Alegría, según Dolores Hernández, fundó y dirigió instituciones importantes, estableció programas y centros culturales y contribuyó directamente a las artes, la arqueología y la historiografía por medio de libros, guiones, películas entre otros productos culturales.

Tan reciente como el año pasado, Alegría publicó cinco tomos de una serie de estudios de documentos históricos del siglo XVI. Uno de los proyectos que deja pendiente el doctor Ricardo Alegría es que Puerto Rico forme parte de la UNESCO.

Recibió varios premios y distinciones, a lo largo de su vida,  entre ellos el galardón Cronic-Shield Award, que otorga el National Trust for Hispanic Preservation de los Estados Unidos.

Ricardo Alegría le sobreviven su esposa, hijos y nietos.