En un país que lleva más de una década en una crisis económica y fiscal, que fue azotado por dos huracanes en un mes y del que cada vez más personas se van, las cooperativas de ahorro y crédito crecieron en cantidad de socios, depósitos y préstamos. 

“Aunque también hay gente migrando del País y retirando sus cuentas, hemos terminado en positivo, con más personas haciéndose socios”, dijo ayer Ricky Berríos, presidente ejecutivo de San José Cooperativa.

Es una tendencia que no se detuvo ni con los líos relacionados con los bonos del gobierno de Puerto Rico, en los que invirtieron muchas de estas entidades.

“Mientras el País sufrió una merma acelerada en la población, los socios de cooperativas de ahorro y crédito aumentaron en casi 8,000”, agregó José Julián Ramírez Ruiz, director ejecutivo de la Asociación de Ejecutivos de Cooperativas de Puerto Rico, entidad que agrupa a más de 100 ejecutivos de estas entidades sin fines de lucro. 

De hecho, según el más reciente análisis de información estadística elaborado por la Corporación Pública para la Supervisión y Seguro de Cooperativas (Cossec), ente que reglamenta al sector, al 31 de diciembre pasado, las 116 cooperativas de ahorro y crédito de la Isla tenían 988,086 socios, 7,860 más que los 980,226 que tenían a la misma fecha del año anterior.

“Esto habla mucho de cómo la gente identificó que mientras otras instituciones financieras se mantuvieron cerradas cuando colapsaron los sistemas de energía eléctrica y telecomunicaciones, hubo pueblos en donde la única institución financiera dando servicio era la cooperativa”, observó Ramírez Ruiz.

Según el borrador del plan fiscal de Cossec, unos 15 días después del paso del huracán María, el 90% de las cooperativas prestaba servicios a sus socios, y un mes después del ciclón, en 17 municipios la única entidad financiera abierta al público era una cooperativa.

Esos pueblos fueron Lares, Quebradillas, Las Marías, Morovis, Naranjito, Comerío, Barranquitas, Santa Isabel, Salinas, Arroyo, Maunabo, Florida, Yabucoa, Loíza, San Lorenzo, Juncos y Naguabo.

Ese fue el caso de San José Cooperativa, indicó Berríos.

“En nuestra sucursal de Cayey, estuvimos más de un mes como la única institución financiera abierta. La gente vio que estuvimos ahí para dar el servicio, aunque limitado por la falta de electricidad y telecomunicaciones. Ahí pudimos ganarnos esa confianza y ese arraigo de hasta los que no eran socios y venían pidiendo ayuda”, destacó Berríos.

Eso le ha permitido a la institución –que tiene dos sucursales más en Aibonito- crecer durante los primeros cuatro meses del presente año, según Berríos.

En ese periodo, abrieron 300 cuentas de socios nuevos, aumentó en $5 millones su cartera de préstamos y reportó un alza de $12 millones en activos (es decir, conjunto de bienes y otros recursos que pueden aportar un rendimiento económico a la empresa, como préstamos otorgados e inversiones realizadas).

Hasta abril pasado, San José Cooperativa contaba con 24,502 socios. 

Mientras, William Méndez, presidente ejecutivo de la Cooperativa de Ahorro y Crédito de Arecibo (Coopaca), que cuenta con 13 sucursales, sostuvo que “no hemos pasado un mes sin reflejar un crecimiento en cantidad de socios, al punto que en febrero de este año pasamos la barrera de los 100,000 socios”.

Asimismo, Erixson Gómez Cruz, presidente ejecutivo de la Cooperativa de Ahorro y Crédito Manuel Zeno Gandía, que cuenta con cuatro sucursales y 23,592 socios, reportó que los depósitos de socios en diciembre de 2017 registraron un aumento de $1.87 millones en comparación con la misma fecha del año anterior, “aún con el aumento en retiro de fondos debido al paso del huracán María”.

“En lo que va de año hemos tenido un aumento en depósitos de socios de $2.8 millones. Durante este periodo también se han recibido transferencias de fondos federales de ayuda, pero las personas pudieron haber llevado ese dinero al banco y no a la cooperativa”, añadió Gómez Cruz.