Los pasajeros puertorriqueños que toman cruceros que salen de San Juan tienen fama de alborotosos y de avispaditos en las filas. Hay personas que lo toman como una grosería y hay quienes lo consideran una manifestación “cultural”. Los primeros aseguran que no vuelven a tomar barcos en Puerto Rico; los segundos se lo disfrutan porque lo consideran parte de pasarla bien.

En los foros cibernéticos de cruceros el tema del comportamiento de los puertorriqueños en los barcos es un tópico que surge con cierta frecuencia. Basta con que algún viajero pregunte qué tal es tomar un crucero en San Juan y comienza la discusión sobre la conducta de los hijos e hijas de esta tierra. Se les atribuye, entre otras cosas, no respetar filas, gritar de un lado a otro y formar el bonche en cualquier esquina, aun si significa obstaculizar un pasillo.

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“La gente estaba literalmente gritando en el pasillo a todas horas de la noche. Muchas personas llamaron a seguridad varias veces”, escribió una participante de cruisecritic.com, un portal especializado en cruceros. Según narró, el caos de puertorriqueños que se colaban en las filas del bufet era tan grande que optó por no volver y pedir el desayuno en el cuarto.

Otra participante del foro, que firma como GTO-Girl, dijo que su experiencia en un barco que salió de San Juan fue igual de desagradable. “Yo puedo entender que hay diferencias culturales, pero grosero es grosero”, afirmó y aseguró que fue un alivio que terminara la semana que pasó de crucero.

Pero, un usuario del portal que se identificó como puertorriqueño defendió lo que, según él, son características culturales con las que los turistas se deben familiarizar antes de abordar un crucero en la bahía de San Juan. “Tapi”, nombre del usuario, enumeró como particularidades culturales hablar duro, obviar la fila del bufet, llegar tarde y gritar de un lado a otro.

Ante eso, fueron varios los que lo increparon por cuán amplio puede ser el concepto de lo “cultural”, y si incluye empujar para entrar a un ascensor.

¿En verdad somos así?

La presidenta de la Sociedad Americana de Agentes de Viajes, capítulo de Puerto Rico, Daphne Barbeito, reconoció que los puertorriqueños son muy festivos y bulliciosos, pero entiende que es parte del escenario caribeño.

“Nosotros viajamos para divertirnos. Cuando se reúne un grupo de puertorriqueños, no importa donde sea, no solamente los puertorriqueños la pasan bien, sino todos los que estén dispuestos a pasarla bien”, señaló.

Que haya alguno que otro con comportamiento inadecuado, puede ser, pero a Barbeito no le parece correcta la generalización.

“A mí me resulta molestosa la generalización; no produce nada positivo. Hay otras nacionalidades que disfrutan de la misma manera. Es un asunto del destino, del Caribe”, dijo al explicar que la algarabía es algo propio de los cruceros con ruta caribeña.

Para la presidenta de la Asociación Puertorriqueña de Agencias de Viajes, Frances Bunker, “el boricua tiende a ser un poquito más alborotoso”, pero ella lo considera una característica cultural.

“Por lo general al boricua le gusta disfrutar, tiende a ser alborotoso, hablar alto. Pero no se puede generalizar, ni son todos”, indicó al subrayar que no cree que el comportamiento llegue a lo inapropiado.

Barbeito coincidió con ella y aseguró que en sus múltiples viajes nunca ha visto a algún pasajero puertorriqueño “que ande alborotando porque está borracho”.

“Lo que he podido apreciar es que la mayoría de la gente disfruta y se contagia con un grupo de puertorriqueños. (Además) en un crucero se da la facilidad de que no todos tienen que estar juntos todo el tiempo. Quien no disfruta de eso no tiene que ser parte”, destacó.

La agente de viajes aclaró, además, que esa manera de los puertorriqueños de disfrutar “a plenitud” no es exclusivamente de ellos. “Los dominicanos, los cubanos que salen de la Florida, hasta con los italianos. El factor de irse de vacaciones está totalmente atado a pasarla bien”, reiteró.

Barbeito hizo énfasis en que en un crucero por el Caribe, salga o no de Puerto Rico, lo que se va a encontrar es un ambiente festivo.

“El Caribe es el destino de más diversión porque para eso se presta. La musiquita, el rum punch. Donde más expresivos son es en el Caribe porque a eso es que viajas al Caribe”, expuso.

Acerca de la queja de que los puertorriqueños andan en bonche, Barbeito confirmó que, en efecto, los boricuas no viajan solos. Eso no quiere decir que cuando se juntan sean incordios.

“Ya no viajan en parejas. Es una tendencia que hemos visto en los últimos años. Viajan hermanos, esposos, hijos, padres; están creando memoria colectiva como familia”, observó sobre la modalidad. “Lo más importante es que el pasajero lo disfrute y que la pase bien de la manera que entienda”, concluyó la agente de viajes, quien reconoció que en ocasiones los panderos forman parte del equipaje.