Ante el reciente anuncio del aumento de casi $2 a la libra de café, los consumidores condenaron el nuevo cantazo al bolsillo de los puertorriqueños.

“Vamos a tener que dejar de tomar café y beber té de naranjo”, comentó entre risas Zoraida Meléndez, quien señaló que el gobierno respete al pueblo.

“Lamentablemente lo tengo que comprar porque tomo todos los días, pero consideraré otras marcas o que me lo envíen de Estados Unidos”, mencionó la mujer, vecina de Villalba.

Señaló que mientras el Gobierno aumenta los gastos, los salarios y el seguro social se quedan igual.

Por su parte, Miguel Rodríguez, ex senador y director de una funeraria en la que se consume mucho café, sostuvo que es muy lamentable que los aumentos lleguen uno detrás de otro.

“Una cosa lleva a otra, sube el café, la leche, la gasolina y todo se afecta”, comentó el empresario, quien, a pesar del aumento, dijo que lo tiene que comprar al precio que sea porque es parte esencial de su negocio.

“Después los empleados también pedirán ajustes porque los sueldos no les van a dar”, añadió Rodríguez.