Son imponentes, grandes y de hermoso pelaje, pero al mismo tiempo representan un gran problema para la Isla la Nena.

Se trata de los centenares de caballos salvajes que andan por la libre en Vieques, por sus barrios, por el casco urbano, por las montañas y playas como dueños y señores de la isla municipio.

El problema de la sobrepoblación de caballos salvajes es histórico. No obstante, las repercusiones del mismo han llegado a tal punto que han requerido a la administración municipal y a varias organizaciones tomar cartas en el asunto.

Incluso, la alcaldesa Evelyn Delerme informó a una emisora radial que aproximadamente 12 caballos mueren a la semana en la Isla Nena, lo que representa 48 muertes de equinos al mes.

La alcaldesa no estuvo disponible ayer para comentar, pues se encontraba reunida. Sin embargo, la presidenta de Vieques Humane Society, Jane Chadwick, explicó la gravedad de este asunto.

“Entendemos que la gran mayoría de los caballos tienen dueño y estas personas les han permitido estar libres por toda la isla. Eso, sumado a que estos animales se reproducen, representa que cada vez tenemos más y más. Lo que estamos tratando de hacer conjuntamente con el Municipio es sacar a los caballos de las calles, logrando que sus dueños los recobren y que los coloquen en establos. Lo otro que intentamos hacer es esterilizar a los machos”, dijo Chadwick.

Los viequenses enfrentan una gran dificultad, ya que semanalmente muchos ciudadanos chocan contra caballos en las carreteras. Sus carros se desbaratan y no hay a quién reclamarle, pues el animal no lleva tablilla o algún método de registro.

Aparte de la pérdida económica que enfrenta el viequense que chocó, el animal puede salir malherido de la colisión.

Es entonces que se presenta otro obstáculo: en muchos casos hay que sacrificar al enorme animal y no hay veterinario que lo haga.

“El Humane Society trae un veterinario tres veces a la semana, pero estos accidentes pasan y a veces no hay doctor ni personas que paguen por tratamientos. Cuando hay que poner a dormir al caballo, hay agentes de la Policía que se han adiestrado para hacerlo con armas de fuego. Nos han informado los veterinarios que es más efectivo que con una inyección de medicamentos”, explicó Chadwick.

Si la dosis del medicamento no se calcula bien respecto al tamaño del equino, el animal puede quedarse anestesiado pero no morir, y se complica el panorama.

Otro de los efectos que tiene la población de caballos salvajes en la Isla Nena es el estético, ya que muchos turistas los ven flacos y desnutridos y se llevan esa imagen de Puerto Rico.

Actualmente, la Humane Society solo tiene un espacio para un caballo y este está ocupado por Estrella, una yegua bebé rescatada en mal estado.

Por su parte, el líder viequense Ismael Guadalupe expresó que “aquí, en Vieques, hay cientos y cientos de caballos que andan en manadas. El problema es que las personas que son dueñas de estos no tienen dónde meterlos e irresponsablemente los dejan sueltos”.

Guadalupe explicó que cada vez que muere un caballo el Gobierno municipal tiene que pagar a personal para que mueva el cadáver a un hueco que hay que hacer bien profundo en un lugar para su entierro.

“En Vieques, las carreteras están apestosas porque los caballos hacen su excremento allí. Es una mala imagen para nuestro pueblo. El costo es incalculable. El costo individual si chocas con un caballo, y el costo municipal para lidiar con las manadas, los enterramientos, etc.”, agregó Guadalupe.