La reducción en la natalidad en Puerto Rico ha sido tal desde finales del siglo pasado que “ahora mismo nosotros estamos justo remplazando generaciones”. En teoría, un país con una población joven debería tener un futuro mejor, pero en Puerto Rico los mayores de 60 años superan a los menores de 15.

La demógrafa y catedrática de la Escuela de Salud Pública del Recinto de Ciencias Médicas Ana Luisa Dávila explicó que, además de que las mujeres ahora tienen menos hijos, la migración se ha llevado parte de los que están en edad de reproducirse.

“Por lo regular, quienes emigran están en edad de producir y, los que tienen edad de producir, muchos de ellos están en edad reproductiva también, y en lugar de tener los niños aquí los están teniendo fuera”, indicó la demógrafa. “Por primera vez, el grupo de menores de 15 años es menor, proporcionalmente, al grupo de más de 60 años”, señaló.

En la pirámide de población que usan los demógrafos para presentar la distribución por sexo y edad se observa que el grupo de menos de 15 años fue el que perdió población, una realidad que no parece que va a cambiar mucho porque cada vez las mujeres tienen menos hijos e hijas.

“Tienes que tener niños para que lleguen a los 15 años y si cada vez se tienen menos...”, observó.

¿Hay proporción entre los menores de 15 y los mayores de 60?

Cuando tienes mucha gente de menos de 15 años, esa gente va a ser grande y va a producir; a ti te queda la esperanza de que esa gente llegue a la edad de producción.

Pero, cuando porcentualmente es mayor el grupo de más de 60, la expectativa es que ese segmento de la población sea más dependiente.

“Por lo tanto, una población joven debe tener un futuro mejor que una población vieja. Claro, todo depende de la distribución de los recursos”, advirtió. “No es que en Puerto Rico no haya recursos, es que están mal distribuidos. Este no es un país sobrepoblado, es un país que no tiene la actividad económica necesaria para mantener su población”, expresó.

Según la demógrafa, en estos momentos “tenemos la estructura ideal para echar este país pa’ alante”. Pero para trabajar con esa realidad, aclaró, el país primero tiene que aceptarla.

“El que tenga 15 años ahora, en los próximos 10 va a tener niños, pero si son menos los que tienen 15 años, pues van a ser menos todavía los niños que van a nacer. Si son pocos, van a llegar pocos a mayor, y el descenso de la fecundidad va a ser mayor porque no van a nacer los niños que tienen que nacer para remplazar generaciones”, explicó así la ecuación, sencilla para entender pero, al parecer, obviada por las administraciones de turno.

“Desde el 85 estamos advirtiendo del envejecimiento de la población. Ya no es que lo vemos venir, es que lo tenemos en la puerta. ¿Dónde están los sitios para cuidar viejos?”, preguntó.

Y es que una consecuencia lógica de más envejecientes que jóvenes es que ni habrá quien los cuide ni quien aporte para los planes de retiro como el seguro social.

El sociólogo César Rey expuso que si según los estimados del Censo en los últimos 10 años se han ido 300,000 puertorriqueños y de esos un 20 por ciento son menores de 18, entonces hay “una bandera de alerta bien fuerte”.

“El futuro del país está puesto en la transformación que puede ocurrir de cómo se enfrente ese reto de niños y adolescentes”, manifestó el ex secretario de Educación, quien señaló que los adolescentes están “olvidados y satanizados; se les culpa por todo”.

Para el psicólogo y ex presidente de la Comisión para la Prevención de la Violencia Salvador Santiago, en Puerto Rico no hay conciencia demográfica, así que el país no está listo para el cambio generacional.

“La demografía es un marcador importante en el desarrollo del país. Pero no hay conciencia de país, de para dónde vamos”, afirmó y puso como ejemplo a los baby boomers, aquellos que nacieron entre los años 40 y 60. “Están viviendo en sitios donde no hay transportación pública. Esos son los problemas de no mirar la demografía”, insistió.

De la posibilidad de que haya un boom de natalidad, la catedrática de Ciencias Médicas indicó que en ningún país del mundo donde se ha reducido la fecundidad se ha podido retomar el ritmo de crecimiento poblacional. “Lo más que se ha podido es mantener el nivel. Después que una mujer tiene dos hijos, tú no la haces parir siete”, aseguró.