Además de frustración y enojo en su matrícula, el  sorpresivo cierre del MBTI Business Training Institute  supone un gran golpe económico para los pequeños comercios que dependían  del consumo de alumnos y empleados.

Al menos en Fajardo se siente el vacío en la calle principal Luis Muñoz Rivera, en pleno casco urbano, donde hasta hace un par de semanas MBTI acogía en seis edificios independientes a cientos de estudiantes que en horarios diurnos y nocturnos llegaban a tomar cursos al lugar y le daban vida a la zona.

“Esto está muerto desde que dejaron de dar clases. Ese movimiento de estudiantes era un buen recurso que tenía el pueblo, particularmente los negocios”, expresó Jesús Mills, propietario de un chinchorro de comida llamado Ito's Potatoes, un lugar que era bien concurrido por los alumnos de MBTI.

Tras el cierre de la institución la venta de alimentos se ha reducido en más de  la mitad, aseguró Mills, quien confía en que la administración del centro educativo -que llevaba establecido 45 años en la Isla- pueda solucionar los problemas que los llevaron a cerrar.

“Si no, ya veré que podré hacer”, dijo el comerciante.

El dueño de la cafetería Yamiliz, Carlos Alberto López, experimenta una situación similar de precariedad en las ventas hace un par de semanas.

¿La causa? “La ausencia de los muchachos que acostumbraban a venir por aquí a comprar desayuno y almuerzo”, respondió.

López asegura que su establecimiento ha tenido más de un 55% en pérdida de ventas a raíz del lío suscitado con la institución.

“Sinceramente, si la cosa sigue así tendré que evaluar si sigo o no. Pero no es fácil porque este es mi único sustento económico”, agregó preocupado.

La tienda Súper Ahorros, un negocio de familia establecido hace más de 25 años en el área, también está siendo arrastrada por las secuelas del cierre, según dijo su propietaria Mayra Otero a Primera Hora.

“Lo peor es que de por sí ya nosotros veníamos entrando en una recesión hace tres años. Ahora ésto lo empeora porque ellos siempre entraban aquí a comprar sus refresquitos, dulces, papitas y uno generaba un ingreso con ellos. Eso se perdió”, expresó.

En la Súper Farmacia Libertad, aunque no se ha experimentado un fuerte cantazo económico -porque el ingreso mayor surge a través del recetario-,  hay preocupación por el cierre pues el  flujo de personas en el área generaba seguridad.

“Uno se sentía seguro porque todo el tiempo había gente, aún de noche. Ahora, como ves, esto está desolado y eso no es bueno ni para los clientes ni para uno”, dijo Javier Ponce, el propietario de la farmacia.

Mientras, el alcalde de Fajardo, Aníbal Meléndez, se mostró preocupado por la situación y aseguró que al momento ningún portavoz de MBTI se ha comunicado  para ofrecerle explicaciones o solicitar ayuda. Lo que sabe, dijo, ha sido por  la información en la prensa.

“Crea una situación de desolación en el pueblo porque estos institutos fortalecen el área y la economía”, dijo quien confía en que unos proyectos que recién comienzan a forjarse en el casco urbano le devuelvan el espíritu al lugar y la paz a comerciantes. 

La rehabilitación de un café teatro y  la construcción de una égida figuran entre esas iniciativas, explicó Meléndez.