Entre los 13 y 14 años de edad, con la llegada de la pubertad, se experimentan cambios hormonales, de conducta y razonamiento. También dejamos de “jugar con muñecas y muñecos” para dar paso a la creación de lazos de amistad y enfocarnos hacia el futuro.

Pero a esa edad, por duro que parezca, hay adolescentes que son obligados a casarse… y sí, ocurre en Puerto Rico.

En la Isla, una niña se casó a los 13 años con un hombre de 45, esto con el aval de la madre de la jovencita. La relación matrimonial duró décadas, en las que ella tuvo 11 hijos. Todos sufrieron un patrón de violencia del que la mujer huyó cuando él, ya a sus 65 años -y ella con 33- le rompió la cabeza con una copa decorativa. 

“Ella fue al matrimonio bien inocente y este tipo la sometía a unos patrones de abuso brutales”, recordó Olga López Báez, vicepresidenta de Junta de Directores de la Casa Protegida Julia de Burgos, y quien dijo que ha visto cómo muchos matrimonios de menores conllevaban abusos y maltrato.

Aunque es censurado internacionalmente, el matrimonio de menores es una realidad en Puerto Rico. Según el Registro Demográfico, del 2010 al 2016 se casaron unas 1,945 mujeres entre las edades de 14 a 17 años; 32 de ellas con solo 14 años, chicas que podrían estar en escuela intermedia. 

Mientras, 229 jóvenes varones de entre 15 a 17 años se casaron, de los cuales cinco tenían 15 años.

“Las cifras compartidas por el Registro Demográfico del Departamento de Salud en el periodo del 2010 al 2016 arroja una radiografía preocupante en el caso de niñas menores de 18 años, asimismo con las cifras de varones”, dijo la secretaria del Departamento de la Familia (DF), Glorimar Andújar. 

“El matrimonio entre menores de edad pudiera convertirse en un problema familiar y la situación puede agravarse de no contar con el apoyo social y económico necesario para mantener una relación saludable y un hogar estable”, agregó la secretaria del DF. 

Violación de derechos humanos

Unicef, brazo de la Organización de las Naciones Unidas, indica que el matrimonio infantil viola los derechos humanos independientemente del género de la persona.

“El matrimonio infantil es una respuesta a la miseria y, al mismo tiempo, una práctica perniciosa que mantiene a las familias atrapadas en la pobreza”, expresa Unicef.

Asimismo, en Estados Unidos hay grupos que piden eliminar las bodas de menores. The New York Times informó recientemente que entre el 2000 al 2010 se casaron unos 167,000 menores de 17 años en 38 estados, incluyendo chicas de 12 años en Alaska, Louisiana y Carolina del Sur.

En Puerto Rico, el Código Penal de Puerto Rico castiga con 50 años de cárcel a la persona que tenga relaciones sexuales con un menor de 16 años, pero contiene excepciones como cuando la víctima tiene hasta 14 años y la diferencia de edad con el acusado es de cuatro años, explicó el secretario Auxiliar de Menores y Familia del Departamento de Justicia, Carlos J. Rivera Santiago.

“Este artículo (99) es el que se le conoce comúnmente como la violación técnica. Este delito se comete aunque exista el consentimiento de las partes para la relación sexual”, dijo Rivera Santiago. 

Asimismo, explicó que bajo el Código Civil, “los menores de 21 años necesitan para contraer matrimonio el permiso de las personas que los tengan bajo su patria potestad”, aunque hay excepciones como que “la mujer contrayente haya sido violada, seducida o en estado de embarazo” y tanto él como ella tengan al menos 18 años.

El matrimonio de menores a veces va atado a situaciones como violencia, pobreza, desigualdad, divorcios y deserción escolar, esto por el deseo de minimizar una situación pública como el embarazo de un menor, según diversos profesionales consultados.

Olga López Báez, exprocuradora auxiliar de asuntos legales de la Oficina de la Procuradora de las Mujeres, entiende que cuando se da el endoso de la familia “estoy casi segura que se trata de no denunciar lo que en realidad es el delito de violación técnica”.

“De los casos que yo vi, y que continuamente me consultan, son situaciones que la misma familia lo da por sentado que lo mejor es empatarlos a ellos y no ir a los tribunales, y no al Departamento de Justicia y denunciarlo, comenzar el procesamiento criminal”, indicó López Báez, quien describe esos matrimonios como “una barbaridad”. 

“Tiene que ver con que al convertirlo en delito, la conducta se hace pública. Todavía hay sectores en Puerto Rico que no lo ven como un delito: ‘ah es cuestión de pareja, no debo meterme, si tienen relaciones sexuales lo mejor es que se vayan a vivir juntos’”, sostuvo.

Inmadurez, abuso sexual y pobreza

La trabajadora social Rita Córdova, por su parte, dijo que, independientemente de lo que diga la ley, estos matrimonios ocultan realidades como el abuso sexual y la pobreza.

“Una niña de 15 años no puede consentir a casarse. Esto sucede por el consentimiento de los padres o custodios y porque se preñó y se casó. Yo no entiendo cómo a nivel legal una niña de 14 años se casa. Eso es abuso sexual”, dijo la trabajadora social.

Córdova dijo que, por su experiencia, estas menores que se casan son pobres y que conocen poco de sus opciones en la vida. “Probablemente, no terminó su séptimo grado, no quiere estudiar porque es estudiante de educación especial y quiere conseguir alguien con quien se case y depender de las ayudas económicas, conseguir casa, WIC y todos lo demás”, afirmó la trabajadora social.

“Son mujeres pobres, con muchas barreras en el proceso de desarrollo y muy pocas opciones legítimas de acceder a una universidad, completar una carrera, desarrollar su propia empresa, y convertirse en una mujer independiente que no necesite de ayudas externas para sobrevivir. En Puerto Rico, hay muchos discursos superficiales y de negación, mucho de lo que permea son asuntos de clase social. Las nenas de 15 años que son ricas, que vienen de familias aristócratas, estudiantes de CPN (Colegio Puertorriqueño de Niñas) no se casan a los 15, 16 y 17. Se les presenta en sociedad, tienen un quinceañero en el crucero, no sé qué, son groomed -como dicen en inglés- para tener otras opciones”, añadió.

Según Córdova, nadie de 12, 15 ni de 16 años tiene un cerebro desarrollado, maduro, con buen juicio para tomar decisiones, y muchas son influenciadas por medios y redes sociales para creer que un bebé es sinónimo de afecto inmediato, con la idea romántica de una fiesta de baby shower.

Diferencia de géneros

La gran disparidad entre mujeres y hombres menores casándose es lamentable para Tania Rosario, coordinadora general de Taller Salud, una organización sin fines de lucro de base feminista comunitaria.

Dijo que aunque el matrimonio entre menores “es considerado normal en muchos casos” es una realidad social que promueve la desigualdad.

“No deja de ser alarmante la desproporción de la vulnerabilidad de las niñas. No vemos muchos niños obligados a casarse, en comparación con las niñas”, afirmó Rosario.

De otra parte, el catedrático jubilado de la Escuela de Trabajo Social, Víctor Iván García Toro, coincidió que la cifra de menores casados “es un dato que alarma”.

Dijo que el procurar el matrimonio de menores responde un poco a una mentalidad religiosa donde se entiende que cuando una mujer queda embarazada “el mal menor”’ es que se case con el padre del menor porque así el menor está protegido, pero que expone a esos menores a unas responsabilidades para las que pueden, aunque hay excepciones, no estar preparados.

“Son unas circunstancias que complican las relaciones de pareja y el desarrollo de esas personas que asumen esa responsabilidad”, sostuvo García Toro. “La práctica de casamiento temprano tiene el efecto en el desarrollo de esas personas, donde no están preparadas adecuadamente”.

De otra parte, el profesor universitario César Rey, quien es investigador aliado a la Fundación Ricky Martin, explicó que ciertamente a nivel internacional algunas de estas bodas constituyen trata humana porque hay padres en otros países que dan sus hijas en matrimonio a cambio de dinero, pero esa no es la práctica en la isla.

Rey dijo que en muchos pueblos se pueden encontrar casos de personas que se casaron siendo menores con un adulto mucho mayor y que hoy día esa pareja tienen una hermosa familia.

“La realidad es que hay una larga historia de niñas que se casaban con los novios a los 15, 16 años, y que se iban con el novio”, indicó. 

Pero, aclaró Rey, en algunos casos hay coacción, porque los padres y las familias a veces obligan a los menores a casarse, incluso cuando hay una violación sexual.

El matrimonio, que entre adultos tiene retos, ven estas dificultades amplificadas en la minoridad, indicó. “Es algo sumamente complicado. Hay un arcoíris de posibilidades, el asumir una responsabilidad de adulto sin la capacidad económica, sin un ingreso, estableciendo una dependencia de otros… tienes una serie de elementos que crea inestabilidad, está el divorcio y los conflictos emocionales en lo que corresponde a la crianza de los hijos”, dijo Rey.

Agregó que los números de matrimonio son solo una fracción de la realidad de menores en relación con adultos, y que las relaciones conyugales sin el papel de matrimonio podrían ser cinco veces más alta que las uniones matrimoniales legalizadas.