Puerto Rico anunció hoy la cesión, por 30 años y una inversión de unos 3,200 millones de dólares, el desarrollo y explotación de los terrenos de una base naval abandonada por el Ejército estadounidense en el este de la isla.

La Autoridad para el Redesarrollo de la antigua base de Roosevelt Roads y la empresa estadounidense Clark Realty Capital firmaron hoy un acuerdo por el que esta última contará con los derechos de "negociación exclusiva" para esos terrenos.

En una conferencia de prensa, Malu Blázquez Arsuaga, directora ejecutiva de la Autoridad para el Redesarrollo de Roosevelt Roads, anunció la firma de este acuerdo con una empresa que fue seleccionada por ese organismo el pasado 22 de diciembre.

La compañía será la encargada del desarrollo de los cerca de 3.000 acres (más de 12 kilómetros cuadrados) de terrenos e instalaciones de Roosevelt Roads.

"La firma de este acuerdo marca el inicio de las negociaciones conducentes a la firma eventual del contrato de 'master developer' programada para el 30 de junio de 2015", explicó, al tiempo que "le brinda carácter de confidencialidad tanto a la negociación como al intercambio de información entre las partes".

Así, durante los próximos meses Clark realizará estudios de mercado, ambientales y de infraestructura, entre otros, negociará los términos y condiciones financieras con la Autoridad y trazará el itinerario a seguir en las diversas fases del desarrollo.

"Por su parte, la autoridad asegurará que Clark cumpla con el contenido de su propuesta, cuyos atributos conceptuales, técnicos y financieros contribuyeron a que fueran seleccionados como 'master developer", añadió.

Alberto Bacó Bagué, secretario de Desarrollo Económico y Comercio, aseguró hoy que recientemente viajó a Washington DC y Virginia para "constatar la calidad y diversidad de los proyectos que ha efectuado Clark y el valor añadido que ha brindado a las comunidades donde ha liderado desarrollos de envergadura".

"Es un honor para las empresas del Grupo Clark poder trabajar en colaboración con el Gobierno y la gente de Puerto Rico en el 'redesarrollo' de Roosevelt Roads", dijo Xavier Argüello, ejecutivo de la firma que está encargado del proyecto en Roosevelt Roads.

También defendió que "nuestros principios fundamentales son mejorar la calidad de vida de las personas que viven en las comunidades afectadas por el cierre de la base y crear un polo de desarrollo económico para Puerto Rico".

"Nuestra visión de crear una 'start-up city' se basa en la creación de empleo, dar oportunidades educativas y crear una comunidad que beneficie a familias de diversos niveles de ingreso", añadió.

Concretamente, esta compañía propone un desarrollo de usos mixtos que incluye hoteles, centros comerciales, viviendas, área industrial, área portuaria para cruceros, marina y terminal regional de lanchas rápidas, escuelas, edificios de oficinas, tiendas, restaurantes y áreas de entretenimiento, entre otros.

Clark calcula que invertirá unos 3,200 millones de dólares durante los 30 años que durará la concesión y que generará unos 30,000 empleos permanentes y cerca de 3,600 en la construcción.

Su plan es subcontratar un 70 % de la inversión total en construcción con empresas de Puerto Rico.

Esta compañía tiene un largo historial en la recuperación de antiguas bases del Departamento de la Defensa y, según Fomento de Desarrollo Económico, es reconocida por "su compromiso hacia el mejoramiento urbano y el despunte de las comunidades donde llevan a cabo sus proyectos".

En cuanto se firme el acuerdo formal definitivo, previsto para el 30 de junio, se iniciarán los trabajos de demolición de ciertas áreas, se establecerá un centro de recursos para la comunidad y otro de adiestramiento para trabajadores del área, y comenzará el desarrollo de un proyecto ecoturístico.

Un total de ocho grupos empresariales de Estados Unidos, Europa y Latinoamérica habían sido preseleccionados para hacerse con esta concesión, por la que se dará un nuevo uso a los terrenos que la base naval que cesó su actividad en 2003.

Entre 2006 y 2010 la Marina estadounidense trató, sin éxito, de vender esas instalaciones, pero tuvo que esperar a 2012 para que las autoridades de la isla caribeña, que mantiene un estatus de Estado Libre Asociado a Estados Unidos, se decidieran a comprar parte del terreno.

Durante las casi seis décadas que el Ejército estadounidense permaneció en Roosevelt Roads, las operaciones de la base naval generaban ingresos para Puerto Rico cercanos a los 300 millones de dólares anuales.