Ya no solo son las iguanas o gallinas de palo, las que amenazan la cosecha de agricultores en la Isla; ahora también se suman los cerdos vietnamitas, mejor conocidos como cerdos enanos, que se meten en las fincas para hacer escante. 

Aunque no hay un estimado de cuántos individuos hay en la Isla, lo cierto es que “han ido aumentando las querellas y reportes de avistamientos y de problemas con los cerdos (vietnamitas)”.

David Ramos, director interino de la División de Ecología Terrestre del Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA), aclaró que no solo son los llamados cerdos vietnamitas los que se han asilvestrado si no que los de granja también “están libres por ahí, se establecen y se reproducen”. 

“Cada vez son más los agricultores que llaman al Departamento… o ciudadanos… que se le están metiendo cerdos asilvestrados en sus fincas y casas”, indicó el funcionario al mencionar que también se han visto en urbanizaciones.

El secretario de la Asociación de Agricultores de Puerto Rico, Héctor Iván Cordero, dijo a este diario que “donde ha habido mucho problema es en la zona sur, en Santa Isabel y Salinas, donde están las cosechas de hortalizas”.

“Estos cerdos se han convertido en una epidemia tan mala como las iguanas, y es el mismo principio. Los han traído como animales exóticos o mascotas y llega el momento en que las personas no pueden mantenerlos”, sostuvo al agregar que la preocupación mayor de los agricultores es que -al igual que las iguanas- “se está yendo de las manos el control y está ocasionando daños en industrias de hortalizas y cultivos de vegetales”.

Los cerdos se han visto en pueblos como San Juan, Cayey, Santa Isabel, Salinas, Fajardo, Lares, Corozal y Aguas Buenas.

En el caso de Santa Isabel, el agrónomo Guillermo Fernández, gerente general de la finca Gargiulo P.R. Inc., en el barrio Velázquez, dijo que ante la proliferación de cerdos en la zona tuvo que cercar las cosechas de tomates y piñas. 

Mencionó que ese problema data de casi diez años, luego que la persona que tenía los cerdos se enfermó y los animales “se procreaban en el río y estaban en todos lados, en las carreteras. Tuve que poner verjas donde tengo las cosechas”.

No son enanos ná

Ángel Atienza, director de la Unidad de Vida Silvestre del DRNA, dijo -por su parte- que “la realidad es que la gente compra esos cerdos porque le dicen que son enanos. No son tan enanos porque pueden llegar a (pesar) doscientas libras… La verdad es que es un cerdo, no es un perro ni un gato. La gente se cansa de ellos, los tira fuera y es un animal que tiene que sobrevivir…”, advirtió. 

Mientras, Ramos, cuya división está adscrita al Negociado de Pesca y Vida Silvestre, indicó que consciente del problema que existe, el gobierno federal trabaja para controlar la situación e incluso está identificando fondos para ampliar la captura de cerdos a través del trampeo.

“Bajo el Departamento de Agricultura federal hay un programa de control de estos cerdos donde ellos van, ponen trampas y disponen de ellos”, explicó Ramos al agregar que los ponen a dormir “de manera humanitaria”.

“Estamos en un plan de acción directa para controlar y manejar esta situación… Recientemente tuvimos una reunión con Agricultura federal y se ha delineado un plan de acción para trabajar con este problema, atenderlo y apoyar el asunto de las capturas a través de trampas”, informó al agregar que el DRNA proveerá apoyo con el Cuerpo de Vigilantes.

Mientras, la agencia también trabaja con una orden administrativa “para ver de qué manera… desde otro frente utilizamos a los cazadores deportivos para que nos puedan ayudar en el control de estas especies”.

La cifra de cazadores licenciados en los últimos años ronda los 5,500.

“De nosotros abrir la convocatoria para que los cazadores nos ayuden en el control de estos animales, potencialmente podríamos tener un grupo bastante amplio para trabajar…”, aceptó.

Parte de los esfuerzos de los gobiernos federal y estatal es contabilizar cuántos y donde están estos animales. Un grupo especializado estaría “canalizando todas las querellas de la ciudadanía…”. 

En cuanto a si el consumo de esta carne es seguro, Atienza aceptó que “no podría decirle que es peligroso porque hasta donde se sabe, Puerto Rico -por los estudios de Agricultura Federal- es brucelosis free, libre de la enfermedad de brucelosis que es lo que los podría atacar. No hay casos en Puerto Rico”.

Sin embargo, advirtió que “no puedo decirle que se los pueden comer o que no se los pueden comer. Yo le tengo que decir que es un cerdo como cualquier otro y le puedo decir que la gente que lo ha comido… no le gusta mucho la carne porque tiene mucha grasa o porque no tienen un sabor tan bueno como el cerdo criado en granja. En realidad, como es un animal doméstico queda de parte de la persona si se lo quiere comer o no”.

Otra preocupación es si estos animales atacan al humano. 

El director de la Unidad de Vida Silvestre del DRNA recordó que cualquier cerdo, sin importar la raza, “es un animal bravo y la mordida es sumamente peligrosa. El problema de estos cerdos pequeños es que como (las personas) los ven más pequeños tienden a acercarse y esos cerdos son bravos. Sí pueden resultar peligrosos. No le recomiendo a nadie que traten de cogerlos porque podrían morder…”, aseveró.

El llamado a la ciudadanía es a que “no piensen que son mascotas, que son animales que pudieran infligir algún tipo de ataque de sentirse acorralado”, dijo por su parte Ramos, que exhortó a cualquier persona a que si ve algún animal realengo por su vecindario informe al Cuerpo de Vigilantes al 787-230-5550 o al 787-999-2200 ext. 5703.