La Perla voló sobre las murallas con el Primer Festival de la Chiringas que se celebró ayer en la emblemática comunidad ubicada en el Viejo San Juan.

Decenas de personas aceptaron la invitación y llegaron de diversos puntos de la Isla a participar del evento de arte social y comunitario que tuvo como fin romper las barreras del prejuicio y lograr que ciudadanos de otros pueblos visitaran el barrio dejando a un lado los estigmas que durante años se le adjudican al lugar.

“Hace años que quería venir pero por los mitos no me atrevía y cuando supe de esta actividad dije: 'esta es mi oportunidad de conocer a La Perla'. Y me encantó. Una señora hasta me invitó a su casa, me enseñó su terraza y me dijo que podía venir cuando quisiera”, dijo Annie Bermúdez, quien llegó desde Santa Isabel junto a otros 11 miembros de su familia para participar del evento en el que se realizaron talleres de confección de los también llamados papalotes o cometas.

Vecinos de otros sectores de la capital también se dieron cita para apoyar a los residentes de La Perla, como fue el caso de doña Carmen Alicea, del residencial Luis Lloréns Torres.

“Cuando chiquita yo hacía chiringas... esto es como repasar mi infancia”, dijo la mujer que, precisamente, ayer cumplió 60 años y quiso celebrarlo de forma diferente.

El organizador del festival, el artista plástico Chemi Rosado Seijo, se mostró emocionado con la aceptación que tuvo el evento que contó con la participación especial del gimnasta Tingui Vargas, quien se entretuvo viendo volar a niños y adultos sus chiringas.

La histórica comunidad celebró con éxito su chiringada.