Ciales. Hoy efectivos y camiones del batallón 130 de Ingeniería de la Guardia Nacional de Puerto Rico apoyaban a empleados del municipio de Ciales y de la Comisión de Servicio Público que llevaban -casa a casa- alimentos y agua a varios sectores, incluyendo el barrio Pesas.

También miembros de la Policía municipal y estatal, junto a voluntarios, se unieron al esfuerzo que contó con efectivos de la policía militar de Nueva York (batallón 442) y el batallón 922 de la Guardia Nacional de Lousiana, informó el sargento Ariel Nazario, a cargo del batallón 130.

Además de alimentos enlatados y agua, las familias recibían cajas con comida militar.

Ayer se hizo un recorrido similar por algunos sectores del pueblo, donde aún hay 9 refugiados, y hoy llegarían también al barrio Jaguas.

Se sienten desamparados

Sin embargo, algunos vecinos entrevistados por este diario se quejaron de la poca o ninguna ayuda que reciben del municipio.

Iris Pagán, de las Parcelas María en el barrio Pesas, era una de las que esperaba que llegara alguna ayuda.

Allí viven alrededor de 150 familias y muchas de las casas se quedaron sin techo y por consiguiente, dañando todo lo que estaba en su interior. La de ella quedó sin techo en el área de la terraza y perdió un cuarto al agua entrar por las ventanas.

Pagán tendía en unos cordeles improvisados la ropa que lavaba en una tabla debajo de una pequeña estructura donde también tenía un fogón para cocinar. El agua llegó el viernes pasado pero no se atreve a dársela a su esposo.

“Mi esposo es paciente de cáncer de pancreas, metastizado en el hígado, y la estamos pasando bastante fuerte, más por el agua, porque yo me la puedo tomar del río, pero él no”, dijo la mujer que mencionó que se sienten abandonados por el municipio del que han recibido “bien poca ayuda”.

Sí han llegado “helicópteros militares… y mi hijo va y busca agua…”, dijo al agregar que recibieron ayuda de la iglesia Discípulos de Cristo.    

Miguel Rodríguez fue uno de los que dijo que la prioridad es el agua, aunque aceptó que en los últimos días han tenido el servicio de Acueductos.

“Aquí ha llegado comida (militar) y una que otra agua”, dijo Rodríguez al que el huracán María le llevó el techo de la casa y perdió todo lo que tenía.

“Por aquí del municipio ha venido una que otra persona, pero decir que han venido a visitar las casas para saber cuáles son las necesidades, si nos hace falta algo, no ha venido nadie”, indicó al agregar que aún de FEMA no ha recibido un toldo para cubrir la casa. El que le dio el Municipio no ha podido colocarlo eficientemente.

La cantidad de casas que se quedaron sin techo en este pueblo de 18,000 habitantes fueron estimadas en más de 3,000.

También en las parcelas María nos encontramos con Widalis Cruz, quien tiene una hija encamada.

Este, dijo, busca el lado de la cama que esté menos húmedo para dormir en las noches. El huracán María rompió una ventana e inundó la casa. Aún están allí los muebles mojados. Sin embargo, el cuarto donde está Wildalmarys, de 29 años, estaba impecable.

“Como nadie ha hecho caso de esto, no ha venido nadie a averiguar tampoco lo que nosotros estamos pasando”, denunció al mencionar que se alumbran con velas ante la falta de luz.

El llamado al Municipio fue que visiten la comunidad porque allí hay muchas personas enfermas. “Se han olvida’o; nadie ha venido aquí, nadie”. Sin embargo, a Cruz se le quebró la voz de la emoción cuando agradeció la ayuda que ha recibido de las iglesias.

Hoy precisamente miembros de la Cruz Roja fueron a Ciales y visitaron, entre otros lugares el residencial Colinas de Jaguas donde repartieron agua, verduras y frutas.

Karla Rivera, vecina del caserío, dijo que ha recibido ayuda “desde Miami. También han ido los del Army a entregar comidas…pero del Municipio no ha llegado nada”, indicó.

Los vecinos coincidieron en que nunca se enteran cuándo llegará alguna ayuda y pidieron trato igual.

“Que no solo en el pueblo, que para acá, para el campo, también vive gente”, sentenció Carlos Rosario, esposo de Rivera quien dijo que hay vecinos en el barrio Frontón que tampoco han recibido ayuda.

El lunes hay clases

El profesor Roberto Vega levantaba ayer junto a otros maestros las verjas de la escuela primaria Francisco Serrano, en el barrio Pesas, donde se fue el techo del comedor y se dañó la oficina del director, el salón de Educación Especial y el de primer grado.

Vega dijo que se supone que este lunes comienzen las clases para los 113 estudiantes.

Mañana confía en que terminen las labores de limpieza en la escuela donde harán de tripas corazones para que los niños tomen clases. Además, buscarán los almuerzos en una escuela cercana donde tampoco hay electricidad.

En el pueblo de Ciales, según informó Víctor Sánchez Rivera, director de la Zona II de la Agencia Estatal para el Manejo de Emergencias y Administración de Desastres (Aemead), no hay sectores incomunicados. Lo que aún dará un poco de dolor de cabeza es el puente que colapsó en la carretera 145 cerca, del sector La Gallera, que permitía el tránsito de Ciales a Morovis. El municipio hizo un camino alterno para los vecinos. Allí el río Grande Manatí, durante el huracán María, subió hasta los 55 pies.

Precisamente este cuerpo de agua fue el que inundó en dos ocasiones la urbanización Dos Ríos, donde tapó las casas y algunas viviendas en Altura.

De igual forma, en la comunidad del Toro Negro se averiaron los vados luego que la crecida del río Toro Negro los afectara. 

Otro asunto que hay que atender con urgencia es el de la basura que están tirando en un solar cercano a la entrada del pueblo.

Alberto Serrano, director de Emergencias Médicas en Ciales, informó que “la gente está tirando sus escombros ahí”, lo que obliga a las brigadas del municipio a recoger los desechos domésticos y llevarlos hasta el vertedero. A pocos pasos está el río Grande de Manatí.

Sin embargo, el Municipio no da abasto para impedir que sigan llegando desperdicios. Incluso aún quedas escombros por recoger en la ciudad.

Ya este pueblo, tras el paso del huracán, sufrió el impacto del vandalismo cuando desconocidos dañaron camiones del Municipio para sacarle el diesel.