En un acto simbólico de consuelo y amor a la Madre de Dios en el día conmemorativo de la dolorosa pasión y muerte de su hijo, Jesús, cientos de devotos acudieron ayer, Viernes Santo, al Santuario de la Virgen del Pozo, que ubica en Sabana Grande. Muchos, pernoctaron y amanecieron en el lugar. 

Según dieron cuenta los integrantes del Comité del Pozo de la Virgen, otros tantos llegaron como parte de peregrinaciones de diferentes grupos religiosos en largas y penitentes caminatas desde sus pueblos de origen hasta el santuario en Sabana Grande. Entre estas, contaron peregrinaciones desde Yauco, Mayagüez, Lajas, Maricao, San Germán, Peñuelas y Guayanilla, que “revelan el fervor y la religiosidad que mantiene íntimamente este pueblo a Cristo y la Virgen del Pozo”.

También llegaron los que tenían ofrecimientos a la Virgen por los favores que creen han recibido por su intercesión. 

Cuentan los creyentes en la Virgen del Pozo que del 23 de abril hasta el 25 de mayo de 1953 esta se apareció a diario, sobre un pozo, a tres humildes niños del barrio Rincón de Sabana Grande, Puerto Rico. 

Dicen que vestía una túnica blanca con cinturón y broche al cuello y un manto azul como el cielo. En sus manos tenía un rosario, calzaba sandalias y llevaba alrededor de su cabeza una corona de siete estrellas, como pequeños soles. 

“Toda la aparición de la Santísima Virgen en Sabana Grande es un meditar del Evangelio y está enmarcada dentro de un simbolismo profundo. Son siete los mensajes que la Santísima Virgen dejó para dar a la luz pública en el momento determinado”, señala el Comité del Pozo de la Virgen.

Los devotos de la Virgen del Pozo celebrarán juntos el 63 aniversario de la aparición el próximo 22 de mayo, desde las 10:00 a.m. en el santuario, en la carretera 364, en el barrio Rincón de Sabana Grande.