La narices rojas alertaban que algo diferente ocurría en el parque Luis Muñoz Marín, en Hato Rey. A medida que uno iba adentrándose a ese pulmón verde de San Juan, personajes coloridos iban apareciendo, despertando sonrisas en decenas de niños y niñas, así como en jóvenes y adultos, que hoy se dieron cita al tercer aniversario del Circo Nacional de Puerto Rico.

Ese mismo circo que el Departamento de Estado no quería inscribir porque “no podía existir un circo nacional”, fue el mismo que despertó hoy la curiosidad de cientos de personas que celebraron junto con los creadores de esta iniciativa artística, una tarde llena de color e imaginación.

Desde las 2:00 de la tarde, zanqueros, acróbatas, payasos y cuentacuentos, se entremezclaron con el público asistente, contagiando a todos con la magia de la cultura circense.

Arturo Gaskins, uno de los fundadores del Circo Nacional de Puerto Rico, expresó su alegría con la acogida del público a este evento, que contó con la participación de los estudiantes de la Escuela de Bayamón Circo Eclipse, así como con las artistas Tere Marichal, María De Azúa y con la música de la Banda Municipal Makula Barun.

Desde las 2:00 de la tarde, zanqueros, acróbatas, clowns y cuentacuentos, se entremezclaron con el público asistente, contagiando a todos con la magia de la cultura circense.

“Ha sido sorpresivamente increíble (la acogida) porque siempre hay piedras en el camino, como el primer día que fuimos a fundar el circo y nos dijeron que no se podía tener un circo nacional de Puerto Rico, pero se pudo y lo logramos. Ha sido bien interesante la acogida. La gente ya nos tienen un aprecio y se identifican con nosotros y nos quieren porque somos de aquí”, expresó Arturo Gaskins.

El joven, quien estudio arte circense en Francia y en Londres, agregó que el interés del Circo Nacional de Puerto Rico es que el espectador pueda tener una experiencia de vida y no meramente asistir a un show.

“La idea es que la gente tenga una experiencia, más que ver un show e irse para su casa. La idea es que lleguen y que compartan con la gente del circo, que aprendan malabares, que tomen talleres de acrobacia, que puedan disfrutar con los personajes”, dijo.

A las 6:00 de la noche, luego de una tarde de música, talleres y juegos, se abrió la carpa del Circo Nacional de Puerto Rico para dar paso a su show que fue como una inyección de alegría para los niños y niñas, pero también para el resto del público presente.

No faltaron las carcajadas y los gritos de entusiasmo de los más pequeños, quienes respondían a la más mínima provocación de los personajes del circo.

“Te diría que queremos empezar a hacer giras por Puerto Rico, donde podamos tener esto por un tiempo preciso, e invitar a los municipios, que los niños tengan experiencia de escuela de circo por el día y los fines de semana hacer funciones para el público general”, manifestó Arturo Gaskins, quien hoy puede decir que vive haciendo lo que ama.

“No vivo muy mal y no vivo muy bien, pero vivo feliz”, concluyó.

El Circo Nacional de Puerto Rico celebrará una segunda función de su espectáculo mañana, domingo, a las 6:00 de la tarde, en el parque Luis Muñoz Marín. Los boletos para el show, producido por Tranki Inc., están a la venta en la tienda Executive Manolo o a la entrada del evento.