Estaba malo y se puso peor.

Alex Marcano es uno de tantos que está dejando el sueldo en la calle ya que ante la falta de luz tiene que desayunar, almorzar y cenar fuera de su hogar.

El vecino de Cupey está sin electricidad desde el martes 5 de septiembre, un día antes de que pasara el huracán Irma por la Isla.

Confesó que él -junto a los otros tres miembros de su familia- está gastando $80 diarios. A esto le sumó lo que gasta en meriendas.

Primera Hora visitó el centro comercial Plaza Las Américas donde otros también aceptaron que ya sus números están en rojo porque han gastado lo que no tienen.

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“Tenía un poquito de fondos para emergencias pero se agotó...”, mencionó Marcano quien estudia y trabaja en ciencias de cómputos.

Otros que han tenido que comer fuera y gastar más de lo presupuestado es el matrimonio de María Morales y David Martínez.

Viven en el sector Minillas de Bayamón donde tampoco hay luz desde el miércoles 6.

 “Tenemos que salir a comer. Se supone que haya un presupuesto para las emergencias pero nos hemos sobrepasado”, indicó Morales.

Logran un balance alternando las salidas. Un día cocinan en el hogar, en una estufa de una hornilla y donde tienen una planta pequeña, y el otro salen.

Por ejemplo, lo que estaban consumiendo para el almuerzo les costó unos $20.

Sin embargo, Martínez dijo que también están gastando en mantener la planta más de $20 diarios, en gasolina.

Otra que toma su carrito todos los días y llega hasta el centro comercial para desayunar, tomar una merienda y almorzar es Graciela Franco, de 94 años. Allí aprovecha y pasa el día conversando con la gente. 

 “En comer aquí estoy gastando casi $25 a $30”, dijo la vecina de los Pisos de Caparra en Guaynabo, donde están sin luz desde el día del huracán.

A esto le sumó todo lo que perdió en la nevera.

Tanto Franco como otros entrevistados desconocen cuándo les llegará el servicio de electricidad.

En tanto, otro ciudadano que prefirió no identificarse y que vive en la avenida San Patricio en Guaynabo también ha tenido que salir para poder comprar las tres comidas.

El también paciente de diálisis tiene que comprar para él, su esposa (que le acompañaba) y su hija.

“Estamos gastando unos $12 en desayuno (van los tres a un fast food); en el almuerzo son más de $25 (sólo la pareja) y en la cena, más de $30 (van los tres)”.

A esto le sumaron la gasolina.

Pero tampoco se pueden quedar mucho en la casa porque el diesel de las plantas de los vecinos les afecta. En la familia hay una asmática. 

En su caso, tras ocho días sin luz les llegó el miércoles, pero se les volvió a ir ayer.