Sin haber transcurrido 24 horas del paso de uno de los 10 peores huracanes en la historia, algunos comerciantes en la zona metropolitana llegaban a sus establecimientos este jueves para encontrarse con los destrozos que dejó María, pero también los que causaron rateros.

Ese fue el caso de Edda Peña, propietaria de la conocida mueblería Casa Bella de la empresa Home Designs, quien llegó a su establecimiento ubicado en la avenida Roosevelt en Puerto Nuevo, luego de que un amigo le llamara para alertarle del estado de su negocio.

“No podemos hacer nada. La Policía no tiene forma de cómo registrar las querellas. Me dijeron que cuando viera pasar una patrulla, los detuviera”, indicó la empresaria al explicar la respuesta que recibió cuando lograron detener a un policía.

“Esperábamos que hubiera daños con María, pero jamás pensaba que otros puertorriqueños causarían daño a otros”, agregó con voz entrecortada la empresaria. “Un huracán no corta los cables de las lámparas”.

A pesar de que el pasado lunes, Peña y su esposo y también propietario, Carlos Cumbras, dejaron la mueblería resguardada con tormenteras instaladas, el establecimiento no tenía ninguna tormentera y las puertas del establecimiento, incluyendo sus marcos estaban en el suelo.

“Ni siquiera tengo las tormenteras para ponerlas y tapar algo”, agregó Peña al mostrar los rieles del sistema de protección sin panel alguno.

Apenas transcurrió la peor parte del huracán María, El Nuevo Día avistó a varias personas dedicadas a la venta de aluminio recogiendo estos materiales, incluyendo tormenteras, en sus camionetas.

El primer piso de la mueblería, donde había juegos de cuarto, comedor y sala, estaba parcialmente vacío, mientras segundo piso de la mueblería estaba vacío en su totalidad. En la escalera del establecimiento hacia el segundo piso, se apreciaban huellas de zapatos con marcas similares a la que imprimen botas o calzado deportivo.

La Policía hace lo que puede

Apenas cinco establecimientos más adelante, El Nuevo Día identificó a varios miembros de la Uniformada, pistolas en mano, accediendo a la gomera Bridgestone.

Tres oficiales de la Uniformada, entraban al lugar, luego de que amigos del dueño del establecimiento, les detuvieran para informarles que desconocidos habían entrado al lugar.

Uno de los oficiales dijo a El Nuevo Día que en su recorrido, múltiples ciudadanos les detenían, pero indicó que era poco lo que podían hacer.

“No tenemos sistema de radio. No hay comunicación”, dijo el oficial, quien no se identificó.

Los oficiales conversaban entre sí, confirmando la entrada al lugar de personas ajenas. Algunos neumáticos estaban puestos junto a las tormenteras destruidas del establecimiento, lo que daba la impresión de que las personas regresarían al lugar.

Sin daños severos Plaza Las Américas

El centro comercial Plaza Las Américas no sufrió daños severos debido al azote del huracán María pero la gerencia todavía no ha determinado cuándo volverá a abrir. 

Así lo indicó Lorraine Vissepó, oficial de comunicaciones del centro comercial, quien sostuvo que en los próximos días se podrán determinar las pérdidas.

"Se sabe que se rompieron algunos cristales y plafones. No se trata de daños severos", indicó.

El centro comercial también tendrá que determinar como lidiar con la falta de energía eléctrica y servicio de agua.  Esto también se debe a que no hay servicio de electricidad ni de agua. 

"Plaza no abrirá mañana", detalló.

Dos semanas atrás, tras el paso cercano del huracán Irma por Puerto Rico, Plaza Las Américas se convirtió en un lugar de esparcimiento para mucha gente, que acudía al centro comercial a cargar sus equipos electrónicos y usar el internet, además de huir de los días de calor posteriores.