Vicky tenía apenas 45 días de nacida cuando fue encontrada hace varios meses en un sector de San Germán con una de sus patitas traseras amputada.

No hubo testigos del atroz caso de maltrato animal, como ocurre con frecuencia en la Isla. Aunque afortunadamente su suerte cambió, al ser rescatada, curada y dada en adopción a una familia en Nueva York, esa no es la realidad que experimentan miles de animalitos en Puerto Rico.

Por eso, organizaciones y voluntarios que trabajan por el bienestar de los animales acogieron el Proyecto del Senado 97, presentado por el portavoz de la mayoría en el Senado, Carmelo Ríos, que permite que individuos -mediante acción civil- demanden a dueños de mascotas que tengan un patrón de maltrato contra estas.

“Esta medida (aprobada por unanimidad en el Senado) nos viene a brindar recursos y herramientas adicionales a las organizaciones que estamos trabajando por el bienestar de los animales. Cualquier herramienta que se nos provea para seguir laborando la recibimos con beneplácito”, expresó Dellymar Bernal, fundadora y presidenta de la Junta de Directores del Santuario de Animales San Francisco de Asís en Cabo Rojo.

Para Carmen Cintrón, del Santuario Canita de la Divina Misericordia en Guayama, el proyecto “cae como anillo al dedo” en momentos en que continúan reportándose tantos casos de maltrato.

“Ya es tiempo de que las personas paguen por el daño que le hacen a estos animales. En ese caso sería lo mejor que podría pasar, se lo aplaudo (al senador)”, sostuvo la rescatista que destina todo su salario a cuidar a casi 700 animales que tiene en el lugar.

El senador Ríos dijo que una de las cosas que lo movió a presentar la medida, que anticipa será también aprobada en la Cámara de Representantes, fue cuando luego del paso del huracán María hizo un recorrido por la comunidad San José en Toa Baja -donde el río se metió en una de las viviendas- y los vecinos le alertaron de  “unos perritos encerrados porque los dueños se habían ido a casa de sus hijos y ellos no podían entrar a rescatarlos”.

Allí estuvieron una semana en lo que encontraron a los dueños que eran unas personas mayores.

“Veo que cuando hay maltrato de animales y no es tu propiedad, no había ningún vehículo para proteger esos animales. Así que lo único que podíamos hacer legalmente era darle una acción civil a otra persona, que no es el propietario, no es dueño quizás de donde está el animal, pero tiene un interés en la vida y respeto de ese animal”, sostuvo el legislador sobre sus intenciones.

Si el proyecto se convierte en la “Ley de Remedios Civiles para la Protección de Animales”, también “proveerá para conseguir la custodia provisional (del animal) para así brindarle más herramientas a los casos de maltratos que hemos visto que han ido en aumento luego del huracán María. Esto incluye los abandonos por las personas que se mudan del país, los abandonos en los albergues y santuarios”, mencionó Bernal.

En el caso del Santuario en Cabo Rojo, luego del huracán María se duplicaron los casos de maltrato y abandono. A febrero ascendían a 80.

La rescatista reconoció que “la exposición de motivos (de la medida) está escrita de forma muy descriptiva donde evidencia la correlación entre la violencia hacia los animales y la violencia hacia las personas”.

Precisamente Ríos aceptó que esto fue algo que aprendió durante el proceso de investigación para presentar el proyecto. “Muchos de los maleantes comienzan antes de estar haciendo fechorías matando animales, castigándolos, y eso va desarrollando esa inquietud de que es algo social, algo psicológico en esa persona hasta que se convierte en un maleante y puede hasta matar gente…”, sentenció.

Jorge Mercado, presidente del Movimiento Social Pro Bienestar Animal, aunque también elogió la iniciativa que “por primera vez le da a los animales un estatus donde las personas pueden defender sus derechos”, alertó que será exitosa “en la medida en que se implemente de la manera correcta y adecuada”.

Ejemplificó que la Ley 154 es de avanzada “pero la realidad es que no se implementa adecuadamente” ya sea por la falta de recursos o adiestramientos.

Por eso urge educar.

No hay cama pa’ tanto perro

La realidad es que si esta ley cumple su propósito y la gente cobra conciencia y denuncia el maltrato y abandono de los animales, no habrá mucho espacio ni dinero para costear la estadía de esas mascotas.

A esto, Ríos indicó que lo que está es “creando una crisis para solucionar el problema, porque ciertamente no caben mil gatos en ningún lado en Puerto Rico ahora mismo; pero si creo la necesidad el mercado va a aparecer. Si (los albergues) tienen una ley, eso les da una herramienta para entonces sostener su misión”.

Recordó que el proyecto 97 tiene una penalidad para que la persona negligente, dueña del animal, sea quien pague, por ejemplo, los 20 días que podría estar en algún albergue u hogar.

El senador indicó que precisamente luego del huracán María se evidenció que “hay un mercado inmenso de estados que están pidiendo perros y gatos y los de Puerto Rico son muy cotizados”.

Bernal confirmó que el año pasado enviaron sobre 200 perros y gatos a Estados Unidos. Esta semana enviaron dos para Virginia y dos para Texas.

“Es maravilloso ver como las personas adoran nuestros satos por su personalidad; son más saludables que los otros perritos, son simpáticos y son bien agradecidos”, argumento.

Sobre la posibilidad de que lleguen más animales a esa entidad sin fines de lucro,  Bernal dijo que aunque sería una limitación “seguiremos buscando alianzas para extender nuestra red, voluntarios y oportunidades para que los animales puedan viajar o ser adoptados en Puerto Rico”.