Tenemos muchos caimanes en Puerto Rico, tantos que en las pasadas semanas el Departamento de Recursos Naturales y Ambientales  (DRNA) logró capturar 14  en el lago La Plata, en Toa Alta.

El Cuerpo de Vigilantes del DRNA estima que el lugar donde hay más caimanes, sin embargo, es en la Laguna Tortuguero, de Vega Baja.

Esa  especie exótica llegó a Puerto Rico del exterior, pero se estima que las  colonias existentes son ya todas nacidas en la Isla, es decir, que son caimanes de ciudadanía boricua, explicó el comisionado del Cuerpo de Vigilantes, Ángel Cruz Medina.

En Puerto Rico es ilegal poseer y reproducir esta especie exótica, si no se tiene una licencia para ello. 

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Hay gente que tiene caimanes en su casa, pero estos suelen utilizar el ardid de declarar que iban a llamar al DRNA “justo” cuando llega el personal del Cuerpo de Vigilantes a sus hogares.

Estas personas se exponen a multas de unos $100, si se les prueba la violación.

El caimán sirve como mascota hasta que crece y ya resulta agresivo. Por lo general terminan tirados en un cuerpo de agua dulce, donde se reproducen fácilmente.

Cruz Medina dijo que un caimán bebé mide entre ocho y doce pulgadas de largo y cuando crece puede llegar a los ocho pies.

La hembra adulta puede poner entre 70 y 80 huevos y lo más probable es que todos los neonatos sobrevivan.

En el “mercado” los caimanes que se venden son los pequeñitos, por su atractivo.

El caimán es un animal peligroso, no solo por su mordedura,  sino porque también puede transmitir enfermedades a través de virus que no son compatibles con el ser humano.

El que aviste un caimán no debe intentar capturarlo, se advierte. Lo que hay que hacer es llamar al DRNA, a los teléfonos  787-230-5550 o  787-724-5700.

El Cuerpo de Vigilantes tiene personal especializado en la captura de esta y otras especies exóticas, que son llevadas a un centro de confinamiento en Cambalache, en Arecibo.

Precisamente esto fue lo que hicieron el pasado 15 de abril, cuando llegaron al municipio de Aguada, donde un grupo de pescadores logró capturar en horas de la noche a un ejemplar que medía alrededor de cinco pies. 

Ese día llegó personal de Manejo de Emergencias de Aguada, ocuparon el animal  y lo entregaron al DRNA, que lo trasladaría a la reserva en Arecibo.

El DRNA otorga una licencia especial para poseer estos animales, pero solo dos personas las tienen en estos momentos.

Los requisitos para la licencia son bien estrictos y uno de los principales es garantizar que el animal no le va a causar daño al ser humano, ni a otras especias animales o a la flora puertorriqueña.