Mientras más de 1,200 soldados ensayan esta semana cómo responderían a la devastación que dejaría en Puerto Rico un potente terremoto con tsunami, vale preguntarse cuán preparado está su hogar o lugar de trabajo para un desastre sorpresivo.

Para esa autoevaluación, el jefe de la Agencia Estatal para el Manejo de Emergencias y Administración de Desastres (Aemead), Miguel Ríos, enumeró tres pasos vitales que las familias y los negocios deben dar para mejorar su capacidad de reaccionar a una emergencia real y, a la vez, facilitar que las autoridades dirijan sus recursos a los rescates de mayor urgencia.

“Lo primero que tiene que tener la gente es su plan familiar y eso comienza con una reunión de toda la familia”, recomendó Ríos.

El funcionario hizo hincapié en la importancia de pensar desde ya sobre los posibles riesgos en las casas del círculo familiar, así como las ubicaciones de trabajos y escuelas. 

¿Están en áreas bajas que requieren desalojo en caso de alerta de tsunami o de inundación? ¿Los miembros de la familia pasan el día en sitios muy distantes o en edificios altos? ¿Hay un familiar encamado o con necesidades especiales que podría estar solo en una emergencia?

“Ese plan tiene que estar ya desde antes. Para que la gente sepa a dónde se debe dirigir, sepa quién va a buscar a los nenes, todo eso. Vamos a suponer que no haya comunicación, que se cayó la telefonía, ¿cómo nos comunicamos, dónde nos encontramos?”, planteó Ríos.

“Si una familia no tiene su plan y son cinco, cinco llaman que los otros cuatro están perdidos, son 20 perdidos en esa casa. Si multiplicas eso por miles, va llegar el momento que vamos a tener más personas perdidas que las que viven en Puerto Rico”, aseveró.

En el caso de personas con problemas de movilidad o impedimentos, invitó a registrarse en la línea 3-1-1 para figurar en la lista de personas que requieren asistencia para desalojo.

“Con una llamada y decirle al operador ‘quiero inscribir a mi familiar’, eso nos ayuda para saber dónde están las personas que hay que rescatar”, indicó Ríos.

Como segundo paso, el experto en respuesta a desastres invitó a conocer “cuál es la vulnerabilidad que tiene mi casa y mi lugar de trabajo”.

“Puedo tener una casa que está bien, que se ve segura, pero los accesos son puentes, montañas, área de derrumbes y ahí me quedo, si hay un derrumbe”, mencionó como ejemplo potencial de quedar incomunicado.

La evaluación en cuestión es necesaria para tomar la mejor decisión sobre dónde moverse en caso de un terremoto o tsunami y de sopesar si será o no posible movilizarse a pie al punto de encuentro pactado con la familia.

Ríos advirtió que los pequeños sismos que se han sentido en tiempos recientes demuestran cuán poco preparado está el ciudadano común para reaccionar, toda vez que recurre primero al teléfono celular y a actualizar sus cuenta de redes sociales, antes de pensar en la posibilidad de una réplica o de poner en práctica su plan familiar.

“Hay gente que antes de procurar salvar su vida, se toma una foto o hace un ‘meme’”, opinó.

Mochila de emergencia

El tercer paso es tener lista una mochila de emergencia para cada miembro de la familia.

“Todo el mundo la debe tener”, insistió sobre el bulto que debe contener agua, alimentos, suministros de primeros auxilios, ropa, zapatos y otros efectos para sobrellevar las primeras 72 horas después de un desastre.

El bulto es útil tanto para cargarlo consigo, si tiene que desalojar la casa o el trabajo, como para contar con lo básico para sobrevivir hasta tres días varado, sin acceso a ayuda externa.

Ríos fue enfático en la importancia de que los pacientes de condiciones crónicas o que estén tomando medicamentos con receta tengan en la mochila un papel de su doctor en el que indique su diagnóstico y los fármacos que está tomando.

“Cuando rescatamos cientos o, en este caso, miles de personas, es vital saber qué condiciones se están tratando. Con eso adelantamos un mundo”, sostuvo el jefe de la Aemead.

También es deseable que incluyan copias de documentos de identidad, pólizas de seguro o hipotecas.

La lista completa sobre qué debe contener está disponible en español en listo.gov. En ese portal de la Agencia Federal de Manejo de Emergencias (FEMA) también se consiguen las guías para el plan familiar y de desalojo. 

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