Mesas largas colocadas a lo largo de un trecho del Paseo de la Princesa en el Viejo San Juan estaban cubiertas de rojo. El color provenía de las pascuas a la venta, que las personas se iban llevando con la certeza de que al colocarlas en su casa comenzará la Navidad.  

“Yo mejor no pongo árbol, pero una pascuita sí. Me encantan”, afirmó Ada Grillasca, una de las cientos de personas que llegó hasta el Festival de las Pascuas de Puerto Rico celebrado ayer, por primera vez, en la zona metropolitana.

La actividad se lleva a cabo tradicionalmente en Barranquitas, pero los organizadores la trajeron a San Juan debido a los problemas de logística que dejó el azote del huracán María.

Otras que llegaron para comprar la suya y adornar la casa fueron  Lissette López y su madre, Jenny Zayas. 

“Este va a ser mi adorno de navidad. Total, no tengo luz”, dijo López con resignación. “Hay que alegrarse”, afirmó su madre.

 La oferta del festival también incluyó venta de artesanías,  algunos productos agrícolas traídos de Barranquitas y el concierto de la Orquesta Sinfónica Entre pascuas y cuerdas, como parte de la iniciativa social La música transforma.