La cotorra puertorriqueña ya cuenta con un nuevo hogar, tras la inauguración el pasado sábado del Aviario Iguaca, una moderna y sofisticada instalación para la reproducción en cautiverio del ave en peligro de extinción, localizado dentro del bosque nacional El Yunque.


En un acto simbólico para representar la mudanza de las cotorras, el Servicio Federal de Pesa y Vida Silvestre (FWS, por sus siglas en inglés) transfirió dos cotorras del antiguo aviario de Luquillo a una de las dos enormes jaulas de vuelo que se encuentran en su nueva casa.


La instalación cuentra con más espacio para jaulas al aire libre y un cuarto de cuarentena que le dará al FWS más flexibilidad para intercambiar aves con el Aviario de Río Abajo, manejado por el Departamento de Recursos Naturales y Ambientales de Puerto Rico, colaboradores vitales en este esfuerzo.


El complejo incluye tres estructuras principales dentro de 1.3 cuerdas de terreno. El área de cuido de pichones y huevos se le dedicó a la memoria de Priscilla Stubbe, quien ayudó a recaudar fondos para la obra. Mientras, el complejo de jaulas al aire libre se le dedicó a José Antonio Rodríguez Vidal, quien dio la voz de alerta sobre la estrepitosa merma de cotorras puertorriqueñas en la isla en los años cincuenta.


Sin embargo, aunque las facilidades servirán de gran beneficio para la repoblación de las aves, para Sam D. Hamilton - director regional del FWS- el aviario no lo puede lograr todo.


“El Aviario Iguaca es un logro de suma importancia, pero de forma individual no se podrá recuperar la especie. Es importante conservar y restaurar terrenos que sirvan de hábitat para la población silvestre. Esta es la única forma de asegurar que las generaciones futuras tengan la oportunidad de ver esta maravillosa ave volar sobre los cielos de Puerto Rico”, dijo Hamilton.


La subsecretaria del Interior de Estados Unidos, Lynn Scarlett, participó de la actividad inaugural, en donde destacó la labor del equipo de biólogos del FWS.


“Por más de 40 años biólogos del FWS han ampliado nuestro conocimiento sobre la biología y el comportamiento de las cotorras puertorriqueñas. Nuestros científicos han desarrollado técnicas que han servido para ayudar otras aves en Hawaii y América Latina. El Aviario Iguaca es una inversión de gran beneficio para la conservación que trae nuevas esperanzas para las aves y la conservación del mundo entero”, indicó la subsecretaria, según un comunicado de prensa.


Scarlett expresó su agradecimiento a todas las organizaciones privadas que hicieron posible la construcción del Aviario Iguaca con sus donaciones y develó una placa de bronce que incluye los nombres de las 27 organizaciones privadas, para conmemorar su generosidad.


Talladores rinden homenaje a la cotorra


Como parte de las celebraciones por la inauguración del aviario, el FWS llevó a cabo el Primer Concurso de Talla de la Cotorra Puertorriqueña cuyo ganador -el artesano Isaac Laboy , de Quebradillas- recibió el sábado un premio de adquisición de $1,000.


“Esta pieza tallada por Isaac servirá como instrumento de educación social. Este proyecto puso en manifiesto el talento de nuestros artesanos talladores y la responsabilidad compartida de conocer y proteger nuestra cotorra puertorriqueña, explicó Edwin Muñiz, supervisor de la Oficina de Servicios Ecológicos del Caribe del FWS.


La competencia, en la que participaron 32 piezas, contó con un jurado compuesto por cuatro biólogos de vida silvestre y un tallador. Se utilizaron nueve parámetros para seleccionar la artesanía ganadora que incluyen el color, la morfología, el tamaño, la aplicación de la pintura y el realismo de la obra.


“La cotorra ganadora tenía una pose que nos impactó a todos porque es una posición muy común para las cotorras en el estado silvestre cuando están evadiendo los depredadores. Cuando las cotorras salen del nido se asoman primero y miran para arriba igualito como se ve en la escultura”, explicó Marisel López, miembro del jurado y líder del proyecto de recuperación de la cotorra puertorriqueña.


“Tallar la cotorra puertorriqueña es un reto por que es una ave que no es común y que no todo el mundo ha tenido el privilegio de verla”, indicó Alex Ríos, tallador que participó del jurado.