La comunidad dominicana en Puerto Rico estaba ayer en alerta, pero confiada en que la degradada tormenta Chantal no causaría grandes estragos en su paso cercano por la República Dominicana.

Muchos dominicanos entrevistados por Primera Hora en el sector Barrio Obrero, en Santurce, estaban pegados a sus teléfonos o se conectaban en las redes sociales con sus seres queridos en la hermana antilla para tener noticias de primera mano. Afortunadamente, Chantal se debilitó y sólo dejó algunas ráfagas de viento y lluvias en la Española.

“Hace media hora que hablé con mi esposa y me dijo que todo está en calma. Lo que se esperaba como un ciclón se convirtió en tormenta y lo que ha habido es mucha lluvia, pero no tanto daño. Gracias a Dios no hay peligro. Estaba preocupado con esta tormenta porque en el sur de la República Dominicana es donde hay más pobreza. El país iba a sufrir un mayor impacto”, dijo Javier Ramírez.

“Cuando llamé estaba lloviendo y no había energía eléctrica”, sostuvo Ramírez, cuya esposa, que reside en la provincia de Baní con sus cuatro hijos y tres nietos, se mantenía al tanto de las noticias mediante un radio de baterías.

Ramírez añadió que cerca de la vivienda pasa un río, pero sostuvo que “tenemos una casa segura, en concreto”.

Lorenza Matos, una vendedora ambulante que reside hace 12 años en Puerto Rico, haría gestiones para comunicarse con su familia en otra provincia sureña: Barahona. “Cuando hay tiempo malo se desborda el río, azota los campos y arrasa con las siembras. No he podido comunicarme, pero espero que todo esté bien. Allá tengo toda la familia”, sostuvo la mujer.

“Casi ahora hablé con mi mamá y me dijo que estaba lloviendo mucho y que hacía mucho viento. Tuve que insistir porque las líneas estaban congestionás”, indicó Ana Rodríguez, quien dijo que todos los meses le envía una compra de alimentos a su progenitora de 87 años, que reside en un apartamento que le facilitó el gobierno en la capital.

María Paredes, de Sabana de la Mar, dijo que esperaba poder comunicarse con su madre y su hermana, a quienes siempre les envía “una ayudita”.

Don Severino Robles, quien vive hace 19 años en Santurce, se pudo comunicar con su familia en Higüey.

“Hace tiempo que no sufrimos daño con una tormenta. El último que nos hizo daño fue Georges. Confío en Dios en que (Chantal) se desvíe y no nos haga daño”, sostuvo.

Boris Antonio Santana se la pasó conectado con su hermano a través de Facebook.

“Las redes sociales ayudan muchísimo. Estoy todo el tiempo conectado en Facebook . Es la forma más barata y me entero de todo lo que está pasando. Allá en Santo Domingo están tranquilos. Se espera mucha lluvia, pero nada más”, dijo.

Anthony Vázquez, en tanto, no había logrado comunicarse con su madre y sus hermanos en Nagua. “Seguiré insistiendo porque las líneas están ocupadas”, sostuvo.