Se escucha una orden: “Listas. Sexta posición, barriga adentro, cuello largo”. Arrancan los acordes del popular tema “Despacito” y un grupo de confinadas irrumpe en el tabloncillo de la cancha bajo techo del Complejo de Rehabilitación para Mujeres de Bayamón. Comienzan a bailar una coreografía bajo la supervisión de una bailarina y coreógrafa profesional. Terminan con un saludo y aplausos, en lo que para ellas es un ritual “sagrado” que llevan a cabo los miércoles. 

Y es que, más que un baile, este programa de danza corporal que dirige la profesora de movimiento creativo Juliana Ortiz Díaz, del Proyecto Por Amor al Arte, es una oportunidad de rehabilitación. Tanto confinadas como personal del Departamento de Corrección y Rehabilitación (DCR) dan cuenta del beneficio del programa, con un cambio sustancial en la conducta de las reas. 

“Para mí es una motivación bien grande. Me encanta. Me ha motivado a que yo puedo ser mejor persona. Hay un gran cambio en la persona que llegó aquí hace cuatro años y la que va a salir”, afirma la confinada Adianez Aguilera Battistín con evidente entusiasmo. 

La joven de Yauco explicó que por tres años tuvo una conducta “no adecuada” que le ganó sanciones, y no fue hasta este año, cuando comenzó a participar del movimiento corporal que mejoró, al punto de comenzar a “creer en la rehabilitación”. 

“Aprendí a ajustarme, a saber que por esto, y por diferentes talleres que nos están dando, es que uno puede motivarse y echar para adelante”, insiste Aguilera.

Aguilera no solo aboga por que el programa se mantenga sino que además le pide al secretario del DCR que considere darles “la oportunidad de poder bonificar” a las participantes. La bonificación supone una reducción de días en la sentencia.

Ayeisha Pérez Médina, otra joven confinada que también participa del movimiento corporal, tiene una opinión similar del proyecto. 

“Ha hecho mucho por mí. Yo entré aquí bien problemática, en todos lados peleando. Y desde que ella (la profesora) llegó aquí, nos pusimos a bailar. Y de verdad nos ha cambiado la vida a todas”, dice Pérez. 

De acuerdo con la joven de Cataño, el baile ha contagiado al resto de las confinadas del complejo y son muchas las que quieren unirse.

“Le voy a demostrar también a mis hijas, que están en la calle, que mamá se está portando bien y está haciendo las cosas bien”, insiste Pérez. 

Para la profesora Ortiz, ha valido la pena dejar a un lado las giras y los escenarios para dedicarse a esta labor transformadora, en la que tanto ella como las instituciones penales boricuas son pioneras a nivel internacional.

“Generamos cambio a través del psicoballet, que es un método psicoterapéutico en donde se integra la sicología y ballet sin ningún tipo de medicamento”, explicó Ortiz sobre el método que lleva usando hace dos años con las confinadas. 

Aunque Ortiz nunca pensó que estaría dando clases en un penal, afirma que ahora que lo hace siente “una satisfacción bien grande”. 

“Ahora mismo no estoy en la gira de Luis Fonsi. Pero estoy aquí dejando mi legado. Aquí siento la misma adrenalina que cuando me subo a una tarima”, asegura Ortiz, al tiempo que celebra el compromiso y el respeto que le han mostrado las confinadas. “Ver los cambios en ellas es lo que ha hecho que me quede”.

“Cuando bailas, expresas. Trabajamos con la salud mental. Cuando trabajamos sicológicamente, trabajamos con su autoestima”, detalló Ortiz, cuyo proyecto impacta a 150 reclusas en tres penales, con edades entre los 13 años hasta la más adulta que tiene 67 años. 

El teniente Miguel Cabán Rosado, comandante de la institución, también avala el impacto positivo del programa. 

“Es muy efectivo. Está funcionando. Está logrando que las confinadas tengan mejor convivencia entre ellas. Han ido modificando su conducta a una más positiva”, afirma Cabán. “Hay menos peleas, menos problemas entre ellas. Muestran un interés en hacer ajustes y modificar la conducta para lograr incorporarse a la sociedad, que es lo que perseguimos”. 

La meta de Ortiz es no solo continuar con el programa, sino lograr extenderlo a instituciones de varones.