Cuando la tragedia del crucero italiano Costa Concordia fue difundida a través de los medios, el mundo quedó consternado. Parecía repetirse una vez más la historia del mítico Titanic, el trasatlántico británico que se hundió en su viaje inaugural frente a las costas de Terranova (en el Atlántico Norte) en abril de 1912.

Ambas naves eran lujosas y enormes. En ambos naufragios hubo muertes e historias dramáticas que han quedado en el imaginario público. Sin embargo, en el caso de la embarcación italiana, que naufragó frente las costas de la isla italiana del Giglio (en la región central de Toscana) el 13 de enero de 2012, la historia alcanzó unos matices alucinantes con la crónica de su reflotamiento y posterior transporte hasta el puerto de Génova (Italia).

El experto sudafricano que dirigió los trabajos para reflotar y mover el Costa Concordia, el capitán Nicholas Sloane, está de visita en la Isla desde el martes y hoy, viernes, compartió sus experiencias en el marco de la Convención del Colegio de Ingenieros y Agrimensores de Puerto Rico que se celebra desde el 7 de agosto hasta el domingo, 10 de agosto en el hotel Wyndham Rio Mar Beach Resort, en Río Grande.

"Este ha sido la operación de rescate más grande de la historia debido a las dimensiones del Costa Concordia (una embarcación de 300 metros de eslora con capacidad para más de 4,000 pasajeros)", apuntó Sloane, momentos antes dar su charla magistral ante un auditorio lleno.

Durante la presentación, el capitán habló sobre el proceso para sacar a flote y mover el barco. Mostró mapas, fotos y pietaje de todo el operativo que logró que la embarcación fuera reflotada y llevada al puerto Génova tras pasar más de 600 días parcialmente sumergida. También presentó todos los desafíos para llevar a cabo un operativo sin precedentes y contestó algunas preguntas del público.

Sloane, que estará en el País hasta el domingo cuando regresé a Sudáfrica a reunirse con su familia, indicó que el operativo lo impactó en el plano profesional y en plano humano.

"En términos humanos fue muy triste porque hubo pérdidas de vida. Fue muy duro. Además, están los familiares de las víctimas que han regresado al área en los aniversarios. De hecho, he mantenido comunicación con el hermano de Russel Rebello (el mesero indio cuyo cuerpo fue descubierto recientemente dentro de la nave). Profesionalmente, fue un gran reto sacar esa nave y dirigir ese grupo de profesionales de diversos países. Agraciadamente, fue todo un éxito", expresó el capitán.

Sloane recordó que en la tragedia hubo 32 muertos y que otras tres personas fallecieron durante el proceso para sacar el crucero. Uno de ellos fue un submarinista español, Israel Franco Moreno, que falleció desangrado cuando una de sus piernas quedó atrapada entre las placas de la nave.

El experto agregó que el operativo que dirigió fue desafiante en varios sentidos. "El equipo era grande, de miles de personas de variadas nacionalidades. Así que sí, que armar ese equipo, fue un gran aprendizaje. Que todos entendieran los bagajes de los demás y trabajaran juntos", acotó.

"Otro reto fue el proceso para taladrar la piedra donde encalló la nave. Es una piedra muy dura. El proceso de reflotarlo también fue retante porque había quien decía que se podía partir. Desde mi parte, el proceso acabó y debo decir que fue una experiencia increíble. Ahora hay que monitorear por cinco años por posibles daños ambientales", puntualizó.

El operativo para sacar y mover la enorme embarcación consistió en inyectar aire en unos 30 cajones que rodearon el barco para sacarlo a flote. Luego, la nave fue movida del área donde tuvo el accidente con enormes cables de acero y cadenas.

El último viaje del Costa Concordia, que fue enderezado en septiembre de 2013, culminó el pasado 27 de julio cuando atracó en las costas de Génova luego de un viaje de cinco días desde el lugar del naufragio. En el puerto de esa ciudad será desmantelado y convertido en chatarra.