San Juan - La discriminación salarial por género continúa en Puerto Rico de acuerdo a una investigación realizada por la Universidad de Puerto Rico en Cayey (UPR-Cayey) y el recinto de Río Piedras.

Según el economista José Caraballo, cuando se compara una mujer y un hombre con características similares, como edad, educación, experiencia y ocupación, el hombre gana en promedio más dinero que la mujer.

Esa desigualdad por género aumenta cuando hay hijos, afirmó el profesor al revelar los primeros datos de un estudio profundo acerca de la brecha entre el salario de los hombres y las mujeres en Puerto Rico.

"Aún con la discriminación contra la mujer, Puerto Rico es el primer país del mundo donde la media salarial de las mujeres supera a los hombres. Esto es debido a que en promedio las mujeres en Puerto Rico estudian más que los hombres", dijo Caraballo al referirse a los inicios de este estudio cuyos primeros datos se revelaron hace dos años.

Según él, este análisis más profundo halló que la discriminación por género continúa manifestándose en el escenario laboral.

Esta desigualdad se acentúa cuando la mujer tiene hijos, cuando hay pocos hombres en una ocupación o en puestos jerárquicos altos dentro de la profesión (conocido como el techo de cristal), explicó el economista.

Así lo resaltó también la profesora de economía, Eileen Segarra, quien participó en el estudio.

De acuerdo con ella, se halló que los hombres aparentan recibir un trato preferencial en las profesiones dominadas por las mujeres.

Por otra parte, otra investigación acerca de trastornos alimentarios realizada en este recinto reveló que hay un alto índice de sobrepeso dentro de los universitarios (30 por ciento).

De acuerdo con el estudio "Metáforas del cuerpo en jóvenes puertorriqueños/as II. Estudio sobre la imagen corporal y trastornos alimentarios en universitarios/as" hecho con estudiantes de la UPR-Cayey y las profesoras del Departamento de Ciencias Sociales de UPR-Cayey, Juana Castillo y Antoinette Alom.

Además, según los datos hallados, Castillo informó que existe un 11 por ciento de estudiantes con trastornos alimentarios, y un alto por ciento de los jóvenes que poseen indicadores (43 por ciento) reportaron haber usado laxantes para adelgazar.

"En la medida en que aumenta la presencia de trastornos alimentarios, también aumenta la insatisfacción con la imagen corporal", agregó Alom, quien resaltó que uno de cada cuatro jóvenes desearía hacerse cirugía para transformar alguna parte de su cuerpo, y una mayoría son mujeres.

"Del total de mujeres de la muestra una tercera parte optaría por la cirugía para adelgazar", detalló.

Ambas investigaciones fueron presentadas durante la actividad de Desarrollo Profesional de la UPR-Cayey durante la cual miembros de la Facultad compartieron sus más recientes investigaciones sobre temas de arte, lenguaje, desigualdad, educación, ciencia y salud.