Las tarjetas de regalo (gift cards) son un gran negocio: según una encuesta realizada por la organización Consumer Reports, la mitad de los compradores en Estados Unidos tiene planificado regalar al menos una de ellas estas navidades.

Incluso la cantidad de lo que se invierte en esas tarjetas se ha mantenido al alza desde 2009, hasta alcanzar los $32,000 millones en 2014, según estimados del National Retail Federation (Federación Nacional de Ventas).

Es fácil entender por qué esta opción es tan popular: para quien la recibe es como tener un dinerito extra en su cartera, y es un alivio para los compradores agobiados que tienen en su lista a personas imposibles de complacer, ya sea un quisquilloso adolescente, un compañero de trabajo o esa suegra... con una tarjeta no hay forma de equivocarse.

Las mejores tarjetas de regalo para comprar

Hay dos tipos básicos de tarjetas: las que se compran para redimir en una tienda o restaurante en particular -que son las más usadas aquí-  y las que se compran en bancos y llevan el logo de alguna de las principales tarjetas de crédito, como American Express, Discover, MasterCard, o Visa. Esta segunda opción, aunque no es tan reconocida, se puede usar en cualquier establecimiento, aunque tienen la desventaja de que te cobran un cargo de entre $4 a $6.

Otra desventaja que tenían las tarjetas que se compran en los bancos con logos de tarjetas crédito era una fecha de expiración bien corta, aunque Consumer Report aclara que con el tiempo se ha ido modificando gracias a que desde el 2010 y tras una campaña muy publicitada para hacer las tarjetas más accesibles, las regulaciones mejoraron. De todos modos, si va a adquirir alguna, no deje de verificar ese dato que es bien importante. En caso de que la fecha sea bien corta asegúrese de que se puede transferir el dinero a una cuenta y que no le cobren cargos extra por esa transacción, alerta Consumer Reports.

Evite los pescaítos

A pesar de que por lo general son bastante seguras, aquí le compartimos algunos consejos para que no vaya a ser víctima de fraude.

- Tarjetas de regalo falsas o robadas. Evite las subastas de tarjetas de regalo que se consiguen por Internet, lo más probable es que se trate de tarjetas con algún truco.

- Tarjetas corruptas. Al adquirir una tarjeta de regalo mírela bien y asegúrese de que los códigos no están raspados ni trastocados, lo que indicaría que ya se usaron.

- Cargos onerosos. Encuestas anteriores de Consumer Reports arrojaron que hasta un 15% de las personas que reciben una tarjeta de regalo la han tenido hasta un año sin redimirla porque no han tenido tiempo, no consiguieron nada que quisieran comprar, o simplemente se olvidaron que la tenían. Así que ojo con que no haya recargos por tardar en usarla.

- Negocios tambaleantes. En estos tiempos de crisis económica hay tiendas que están a punto de acogerse a la quiebra y eso se empieza a anunciar desde antes de que se complete el proceso. Si ha escuchado recientemente algún comentario o noticia en particular sobre un negocio, no compre su tarjeta de regalo allí porque podría no tener a quién reclamarle luego si salen de operaciones.

Consumer Reports asegura que siempre es buena idea incluir con la tarjeta el recibo de compra para que de esa forma quien la recibe pueda verificar si se ha malutilizado en caso de que se le pierda o se la roben. También se debe escribir el número de identificación de la tarjeta y registrarla de ser posible, lo que es bien útil para aquellos despistados que pudieran perderla. 

Si tiene algún problema con la tarjeta, acuda al negocio donde la compró y si no le pueden resolver, considere hacer una querella ante el Departamento de Asuntos del Consumidor (DACO).