Unas 180 personas desalojaron la escuela de la comunidad Concordia en el barrio El Seco en Mayagüez,  durante el simulacro de terremoto impulsado por la Red Sísmica de Puerto Rico (RSPR) en conjunto con la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA) y la Agencia Estatal para el Manejo de Emergencias (AEMEAD) para orientar a la ciudadanía sobre cómo actuar en caso de que suceda un sismo real.

Niños y niñas de kinder a sexto grado se agacharon, protegieron y sujetaron de sus pupitres como recomiendan los expertos para este ejercicio. Poco a poco fueron desalojados por sus maestros recorriendo los pasillos del plantel, hasta salir por los portones y llegar a la calle.

Algunos caminaron en compañía de maestros o con personal clasificado. Otros corrieron animados por sus padres hacia el lugar de encuentro designado en el protocolo ya establecido para esa escuela elemental, que está localizada a menos de 100 metros de distancia del mar.

El desalojo corrió por la calle Manuel Corchado que atraviesa la comunidad, saliendo hacia la avenida González Clemente (PR-102), cruzando hasta la calle que sube hacia el residencial Mar y Sol, donde está la cancha designada como punto de encuentro. El simulacro iniciado a las 10:17 a.m. tomó 16 minutos en completarse con todo y desalojo, según confirmó el director regional de Aemead, Alberto Trabal.

"Corrió bastante bien" dijo el funcionario, sin descartar que "hay que revisar la ruta de desalojo".

La directora del plantel, Gerdmary Albino Báez, destacó que una maestra que padece de cierto impedimento físico participó del evento, pero en otras tareas. “Si hubiese sido una situación real, nuestro protocolo indica que tendría que ser removida en carro, porque si llegara un tsunami aquí, imagínese".

Esta escuela es la más cercana al mar de todo el distrito escolar de Mayagüez, según Albino Báez. De hecho, en los últimos tres años, su matrícula ha tenido que ser desalojada en tres ocasiones por eventos reales; uno de ellos una marejada que inundó cuatro pies la comunidad y dos sismos sentidos.

“La primera vez fue un desastre, pero fuimos aprendiendo tanto, que en el último sismo sentido, en menos de un minuto nosotros habíamos desalojado el plantel. El tiempo récord del desalojo hasta culminar en la cancha ha sido de 18 minutos", destacó la directora.