Jorge Rivera Nieves lleva 28 años laborando en la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE) como técnico de líneas eléctricas.

A su juicio, “casi todas las averías en Puerto Rico son por la falta de desganche”.

A esto le suma la falta de personal y  a  que en la agencia “no están comprando postes ni materiales; no hay vehículos, andamos en guaguas pick-up de esas Chevrolet con varetas. ¿Tú crees que puedes adelantar mucho (en el trabajo)?”, cuestionó.

Ante la denuncia de la AEE de que la negativa de los unionados a trabajar horas extras ha agravado la situación, Rivera Nieves dijo que estuvieron par de meses sin hacer tiempo extraordinario por todos los recortes a sus beneficios marginales.

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Sin embargo, dijo que “la realidad con el desganche es que por años no se le ha dado el mantenimiento al sistema”.

“El (problema del) desganche en Puerto Rico esta brutal y en la Autoridad no quedamos ni 3,000 empleados”, sentenció.

Mientras, Rivera Nieves está consciente de que mucha gente en la calle dice que ellos cobran demasiado, y lo achacó a algunos sectores que por alguna razón les han querido echar al pueblo en contra.

“Yo soy un empleado de vocación. A mí me encanta mi trabajo y doy el 120%. La gente nos ve a nosotros en las carreteras cuando estamos almorzando pero no nos ven cuando bajamos a las 3:00 de la tarde para un monte y salimos a las 12:00 de la noche o a la 1:00 de la madrugada”, sostuvo.

Mencionó que en cuando llegan a algunos sectores, hay gente tan molesta que hasta golpean el vehículo en el que se transportan.

En estos días, “un señor mayor en Santa Isabel nos entró a palos a la guagua porque dijo que la habíamos cortado la luz. Nosotros no cortamos la luz. Con esto le quiero decir que aparte de la presión de la gerencia que tenemos aquí, también tenemos la presión de la gente que lleva tiempo sin el servicio”.

Aceptó que hay empleados que están en depresión por la situación que están enfrentando.

“Nosotros somos la misma gente (de hace muchos años). Lo que he cambiado aquí es la sensibilidad de mucha gente, tanto en la calle como en la Autoridad”, dijo al agregar que a veces, aún a riesgo de sufrir un accidente, han subido a postes podridos, que tienen bandera roja para identificarlos, porque no pueden dejar a una comunidad sin electricidad.

En Cidra se las ven negras

María del Rosario Pagán lleva 25 años viviendo en el barrio Arenas, sector Campo Bello de Cidra.

Sin embargo, en los últimos tres meses la situación para la familia se le ha hecho insoportable debido a los constantes apagones.

“El jueves (pasado) y viernes estuvimos sin luz. Luego se fue el domingo y el lunes”, dijo la vecina del sector donde viven alrededor de 60 personas.

Allí hay también hay una familia que se le dañó la planta y tuvo que irse a otro lugar por esos días, ya que tienen una niña enferma que tiene que estar todo el tiempo con acondicionador de aire. Además viven muchos envejecientes.

“Tenemos un problema de que a veces, tres y cuatro veces a la semana se va la luz, en cualquier momento. Puede estar lloviendo, haciendo sol. No importa el día y cómo está el tiempo la luz se va. No podemos ni siquiera hacer querellas porque uno llama y eso es una grabación y la grabación sigue diciendo ‘no, que ya está notificado; no se sabe cuándo lo van a arreglar’”, narró vía telefónica la vecina.

Rosario Pagán, paciente de diabetes dijo que los constantes apagones le han dañado la computadora, el printer, el freezer, la nevera. “En casa se ha dañado de todo”, sostuvo.

El año pasado el municipio de Cidra se unió al de Cayey y fue una brigada que podó los árboles del área.

“Pero este año, sobre todo en los últimos tres meses, esto ha sido algo increíble y de verdad insoportable. Es bien fuerte a cada minuto. Te digo que no hay planta que resista. Ya no sabemos qué hacer. Ellos (las brigadas) vienen, llegan 5 personas, una corta con un serruchito un chispito, los demás miran hacia el cielo y se van. Y no han llegado a la Autoridad (de Energía Eléctrica - AEE) cuando ya la luz se ha ido otra vez”, narró sobre la situación que viven a diario.

En la comunidad se está firmando una carta para entregarla a la AEE a ver de qué manera resuelven la situación.

“Ya no sabemos qué hacer. Un día dejé unas insulina y como estuvieron día y medio (en la nevera sin luz) no me atreví a usarlas porque eso se daña”, informó Rosario al agregar que a veces están sin electricidad de un día para otro, y que las averías duran, en ocasiones, más de 24 horas.

“Todos queremos ayudar. Si tenemos que podar lo hacemos. Lo que pasa es que no nos lo permiten porque como hay tantos cables dentro de los árboles, es sumamente peligroso, pero estamos en la de cooperar a todo nivel”, confesó al agregar que “ahora lo que nos dicen es que son los muchachos de la Autoridad los que no quieren trabajar horas extras y que por eso es que no hay luz”.