Juncos. En la Funeraria Toñito Flores están acostumbrados a preparar los velatorios de hasta 70 difuntos al mes entre sus dos sucursales ubicadas en Juncos y Humacao, pero esa cifra, cuatro semanas después del huracán María, sobrepasó el doble.

Con su experiencia en mente es que el presidente del negocio, José Antonio Flores, cuestionó la manera en que el Gobierno cuantifica las muertes relacionadas directa o indirectamente con el paso del ciclón.

“Cuando llegó el huracán nuestro cooler (refrigerador para mantener en temperatura adecuada los cuerpos de los fallecidos) tenía ocho cadáveres y 12 días después habían 59. Así (hace gesto con su mano) uno al lado del otro. Y eso sin hablar de los que llevábamos a (Negociado de Ciencias) Forenses… por eso no me hace sentido que el Gobernador hable de 48 muertos (actualmente la cifra adjudicada al fenómeno aumentó a 51). O sea, para que tengas una idea del 1 al 11 de octubre yo trabajé más de 50 cadáveres”, dijo Flores.

De hecho, el funerario aseguró que la mayoría de los casos que atendió, de acuerdo a información provista por familiares de los difuntos, murieron por causas que podrían relacionarse a la falta de servicio de energía eléctrica que afecta a la Isla, entre otras situaciones ocurridas tras el embate del huracán.

“La verdad es que después del huracán empezaron a fallecer las personas. Algunos morían en las casas – que a veces era en los campos incomunicados-, en los asilos también hubo muchos casos y ni hablar de los hospitales”, relata.

Agregó que muchos casos eran pacientes de cáncer que vieron descompensadas sus condiciones tras la emergencia.

“Muchos pacientes de quimioterapia, muchos. También hubo casos de personas que necesitaban oxígeno en la casa o el asilo y no lo obtuvieron. Estamos hablando de personas que ya estaban enfermas pero que debido a cómo quedó el País después del huracán sus enfermedades o condición de salud empeoraron. En otras circunstancias normales, todavía, a lo mejor, estarían vivas”, dijo.

A modo de análisis señaló que logró manejar el escenario activando 24 horas al personal de la funeraria y delegando en un solo empleado la compra de diesel para los dos generadores que permiten la operación de los negocios.

“Pero no fue, ni es fácil. Ahora la cosa está un poco más controlada pero se nos hizo bien difícil conseguir 120 galones de diésel diarios para mantener el cooler funcionando. Y para mí eso era primordial porque esos seres queridos de las personas que me contrataban merecían estar bien, sin entrar en estado de descomposición”, expresó.