Culebra. Aun con el recuerdo fresco de los destrozos que dejó el huracán Irma hace apenas dos semanas, los culebreneses se preparaban hoy con resignación y un envidiable buen ánimo ante lo que se espera sea un muy fuerte azote del huracán María.

Las calles de la isla municipio de Culebra estaban casi desérticas desde temprano en la tarde cuando se sintieron las primeras ráfagas fuertes asociadas al paso del fenómeno atmosférico.

El único movimiento constante era el de personas llegando a la Escuela Ecológica, el único refugio de la isla. La mayoría llegaba cargando con bultos pesados y sabiendo que pasarían allí varios días.

Entre los que se habían instalado desde temprano estaban los canadienses Ginette y Jean Claude quienes tienen residencia aquí desde hace más de 25 años. La pareja vino a previo al paso del huracán Irma para asegurar su casa ubicada en Villa Muñeco. Precisamente esa resultó ser una de las zonas más afectadas. En su casa el fenómeno arrancó parte del techo y las verjas.

Sin embargo, eso no los detuvo y de inmediato empezaron a reponer las vigas con la ayuda de carpinteros vecinos. El problema es que aún están muy lejos de terminar las labores de reconstrucción por lo que sabían que durante este evento que se espera sea mucho más potente, no podían quedarse allí.

“Es la primera vez que venimos al refugio, pero el techo no lo hemos terminado…simplemente no podíamos quedarnos allí… Y cuando llegamos (al refugio) nos quedamos sorprendimos del orden con el que están recibiendo a las personas. Quizás esperábamos algo más complicado pero todo ha sido sin problemas”, dijo Ginette.

Teresa Rosich dejó su casa frente al aeropuerto culebrense y se instaló en el Hotel El Navegante cerca del puente elevado porque el techo de su casa es en madera y no quería pasar ningún susto. Aunque pudo irse a San Juan prefirió estar cerca por la incertidumbre de no saber cuándo se reestablecerá la transportación marítima.

La mujer contó que en la zona donde vive se cayeron árboles inmensos por el azote de los vientos de Irma, al punto de una vez todo se calmó no pudo salir de su casa porque se lo impedían los enormes troncos.

“Aquello fue bien fuerte… Vamos a ver ahora”, dijo al tiempo en que se mostró confiada en que la recuperación será rápida.

Otra canadiense quien vendió todas sus pertenencias hace dos años y se mudó a este pedacito de tierra expresó sentirse tranquila de que la comunidad junta podrá salir de esto.

La mujer colocó un panel frente a la puerta principal de su negocio, una dulcería, con el mensaje “Stay safe, may the force be with you”.

“Yo sé que vamos a estar unidos y al final nos vamos a recuperar. Yo lo sé”, afirmó.