A pesar de que la confección de juguetes de madera se ha visto afectada por la llegada de la tecnología y los aparatos electrónicos, hay artesanos como Héctor Luis Rivera Santiago que mantienen viva la tradición con sus vistosas creaciones.

A don Héctor, conocido entre sus conocidos como Popular, lo encuentran en cualquier feria de artesanía celebrada en Puerto Rico, eventos en los que exhibe sus obras, particularmente coloridos caballitos de palo y madera.

Según relató a Primera Hora, su afición por la juguetería comenzó hace casi 20 años, cuando decidió realizar él mismo los obsequios que regalaría en la Navidad a sus hijos.

“Lo primero que hice fue un pingüino”, dijo el artesano de 60 años y natural de Cidra quien, posteriormente, agregó al catálogo de artículos los caballitos, carritos y aviones, entre otros.

Su técnica consiste en agregar a los personajes unas rueditas con el propósito de que los niños puedan guiarlos a través de un palo alto, como el que se utiliza para los mapos.

“Son juguetes para que el muchacho, en vez de estar sentado en una computadora o matando tiempo con un juego electrónico, haga ejercicios con este juguete que se corre o hace trillas”, expresó.

Por lo general, don Héctor se tarda una hora en confeccionar un juguete.

“Primero debo enmarcar, luego alinear, pintar y ensamblar…”, comenta el artesano, quien cuenta con la especial ayuda de su esposa e hija en el proceso.

Para don Héctor, la artesanía es un sustento de vida, pero la comercialización y publicidad de nuevos juguetes le han hecho mella.

“Como juguetero me hacen daño. Pero la satisfacción que me queda es ver a un niño que disfruta con mis juguetes. Para mí es motivo de alegría verlo jugar, reír y hacer ejercicios con mis artesanías… esa es la alegría de este oficio”, expresa.