Una travesura de niño, unida a lo que testigos han señalado como un descuido administrativo, dejó de luto a la comunidad de la escuela elemental Juan B. Huyke, en Puerto Nuevo, luego de que un estudiante de 8 años y de educación especial muriera en la tarde del lunes tras caerle sobre el pecho un viejo y corroído letrero de madera.

Manchas de sangre en la rampa de entrada a la escuela, dos postes de madera comidos por el comején, unos clavos mohosos y tres pedazos gruesos de madera, que alguna vez se usaron para anunciar un proyecto del Departamento de Recursos Naturales y Ambientales, fueron los únicos rastros que quedaron de la tragedia.

Según familiares y testigos de los hechos, eran cerca de las 3:10 p.m., cuando Ángel Algarín Rodríguez esperaba por la guagua escolar. Jugaba en el único espacio que tienen los niños para esperar a que los recojan en la escuela. Allí hay varios bancos de cemento, árboles centenarios, un viejo letrero que alguna vez anunció alguna construcción, otro en el que se alerta que no se permiten personas ajenas al plantel y los dos postes que aguantaban el letrero que cayó sobre el menor.

“Yo no vi al nene ni trepado ni encaramado... Yo estaba casi al lado, y cuando miré, vi la tabla cayéndole al nene. (Hace gesto para indicar que le cayó sobre el estómago) Me dijo: 'No puedo respirar. Me voy a morir'”, contó Linmary García, una madre voluntaria que fue la primera que auxilió al pequeño estudiante.

García y Liza Rivera -otra madre que también fue testigo de los hechos- relataron cómo vieron al niño desfallecer al frente de otros pequeñines.

“El nene se estaba poniendo como verde, pálido. Los ojos se le brotaban y se trincaba. Yo dije: 'Llamen a una ambulancia'” precisó Rivera.

Pero en vez de comunicarse con el sistema de emergencia 9-1-1, las autoridades escolares prefirieron tratar de contactar a la familia, denunció la mujer, quien se encuentra en avanzado estado de embarazo.

El primer familiar del menor que llegó fue su abuela Luz Torres. Había pasado poco más de media hora después del accidente y no había llegado ninguna ambulancia, relató la mujer.

“Ya habrían sido las 4:00 p.m. y la ambulancia no había llegado. Yo le vi la mano así, encogida, y blanca. Mi nieto ya estaba muerto”, afirmó Torres.

Ahora, sin consuelo, la madre de Algarín Rodríguez, Damaris Rodríguez, quiere que el Departamento de Educación se haga cargo de lo que denominó un acto de “negligencia”. Mientras, pedía ayuda para el funeral. 

“Yo hablé muchas veces con la directora (Blanca Rosario Ortiz) de muchas cosas que estaban pasando y la directora no hacía nada”, expuso la mujer, al denunciar que su niño era víctima de acoso escolar.

Rodríguez señaló que las autoridades de la escuela fallaron en tener un letrero tan viejo en medio del patio, y en permitir que movieran a su hijo tras recibir el golpe. Según relataron testigos, tras el golpe, el guardia escolar Néstor García, llevó al niño desde el patio hasta una rampa, y luego lo trasladó a la oficina de la directora.

“Ahora me preguntan que qué quiero que hagan por mí. Pero, ¿quién me devuelve a mi hijo?”, se cuestionó la madre.

Educación atiende la tragedia

Tras el accidente, personal del Departamento de Educación, entre los que se destacaba un grupo de 10 trabajadores sociales, invadieron la escuela elemental.

“El clima en el salón de clase está normal, pero nosotros continuaremos aquí prestando el servicio”, afirmó la doctora Marilú Cintrón Casado, al describir el estado de ánimo de los estudiantes.

Entretanto, personal de la Oficina para el Mejoramiento Escolar (OMEP) también llegó a la escuela para sacar los otros letreros que estaban en el patio. También se hacían gestiones para remover un poste de energía eléctrica que está virado, informó Juan Carlos Caraballo, director de OMEP en la región de San Juan.

Mientras tanto, explicó que la administración del secretario Rafael Román desconocía de las condiciones del letrero.

“La directora dice que había enviado cartas a administraciones anteriores y no habían hecho nada. Nosotros hemos estado haciendo análisis de las situaciones de las escuelas, pero estamos bregando primero con la plomería y la electricidad”, comentó Caraballo, al justificar por qué no habían removido el letrero.

 El funcionario reconoció que el letrero que le provocó la muerte a Algarín Rodríguez estaba agarrado de unos clavos mohosos.

“Sabemos que a los menores le gusta hacer cosas de niños y este tipo de cosas (el letrero) no debió haber estado ahí, porque afecta la seguridad de los niños”, puntualizó.

Asimismo, la directora educativa de la región de San Juan, Claribel Rivera, indicó que todo el incidente estará bajo investigación.

Dijo que también indagarán las denuncias de la madre afectada, otros padres y maestros sobre el trato que reciben de parte de la directora escolar.

La directora Rosario Ortiz rechazó hablar con este medio sobre las acusaciones que se hicieron en su contra, en torno a que no atiende las quejas de los padres y maestros.

“Esa directora no tiene educación. Ni los buenos días le contesta a los padres. Ella lo que tiene es un título. Cuando uno tiene una queja, es difícil bregar con ella”, afirmó Limercy Villegas, una de las madres que se encontraba hoy frente al plantel.

Aún se desconoce cuándo serán los actos fúnebres del niño Algarín Rodríguez.