Puerto Rico enfrenta un momento crucial en su historia, y tiene que movilizarse para evitar que desaparezca su sistema de salud y con ello toda una industria de miles de empleos, advirtió este viernes el dirigente sindical y activista político Dennis Rivera, al convocar al país a participar en la marcha programada para el próximo 5 de noviembre en reclamo de igualdad en las aportaciones federales para la salubridad en la Isla.

Hablando ante la Convención de la Asociación de Hospitales de Puerto Rico, Rivera fue enfático en que el futuro de la industria de la salud en la Isla y la suerte de los pacientes dependerá de la determinación que tome el gobierno de Estados Unidos en torno a los fondos que finalmente recibirá Puerto Rico cuando se agote la asignación que tiene ahora el país y que se espera se termine en algún momento del año 2017.

“Todo el mundo en Puerto Rico sabe que por aquí se acerca un huracán, y que representa una crisis para la salud en Puerto Rico, una crisis dramática para la salud y para la economía de Puerto Rico y para los pacientes nuestros”, esbozó.

“Estamos tratando de aumentar la presión demandando justicia en el financiamiento de la salud en Puerto Rico. En estos momentos que estamos hablando, muchas de estas decisiones se van a hacer en las próximas dos a tres semanas”, informó a su atenta audiencia. 

“En la segunda semana de noviembre hay una reunión del gobernador de Puerto Rico con la secretaria de salud, en la que las negociaciones que estamos teniendo, vamos a tener que darle ese reporte a ellos. Y la conclusión que me han dicho amigos, compañeros de la Casa Blanca, es que hay que aumentar la presión, hay que aumentar un movimiento que diga que esto es injusto”.

Rivera encabeza un comité que negocia con personal del Departamento de Salud de Estados Unidos la asignación de fondos para los programas de salud de Puerto Rico. La última asignación para el programa que sustenta en gran medida el proyecto de Mi Salud en la Isla, fue en el 2011. En ese momento se asignó una suma global de $6,400 millones, que deberían durar hasta el 2019. 

Luego de esa fecha, Puerto Rico no tiene ninguna asignación especial y podría verse nuevamente en la posición de tener un tope de aportaciones, que el Comisionado Residente, Pedro Pierluisi, estimó sería de apenas de $400 millones al año. 

“En estos momentos estamos en unas negociaciones bastante intensas en dos frentes. Uno de ellos es la administrativa, que es el Departamento (de Salud) de controla Barack Obama, que puede hacer decisiones unilateralmente y resolver muchos de estos problemas. Y hay otro que es la legislativa, donde estamos también conversando con la Casa Blanca para -junto al gobierno de Puerto Rico y el comisionado residente- lograr cambios en la ley para Puerto Rico”, explicó Rivera.

Se expresó confiado en que la administración del presidente Obama responderá a los reclamos de Puerto Rico, pero insistió en que para ello hay que aumentar la presión. 

“Los líderes religiosos han dicho que van a estar presentes con su gente. Las universidades decretaron que no va a haber clases ese día y el gobierno le va a dar la autorización a todos aquellos que quieran participar. En otras palabras, este es un momento crucial en la historia de nosotros los puertorriqueños. Este es un momento muy importante. Ese día tiene que ser un día que ustedes organicen sus servicios de salud para tener miles de personas que salgan de los hospitales del país”, reclamó.

Esta marcha, recordó, comenzará en el Coliseo de Puerto Rico José Miguel Agrelot y llegará hasta el estadio Hiram Bithorn. 

“Allí queremos tener gobernadores norteamericanos, legisladores norteamericanos, líderes religiosos y medios norteamericanos ese día con nosotros”, afirmó Rivera. 

“Si son indiferentes, si no participamos, ya saben lo que viene por ahí. Lo que viene por ahí es el colapso para la salud en Puerto Rico, el no futuro para ustedes en esta industria”, sentenció ante una audiencia que se especializa en servicios de salud.