Más de cien años alegrando a los niños, una carta a la vez.

El Servicio Postal de Estados Unidos tienen “duendes” en sus instalaciones. ¿Lo sabían? Y son ellos los que le mandan sus cartas y dibujos a Santa Claus, cada año, a su fábrica en el Polo Norte.

Puerto Rico, por supuesto, no es excepción y este año los nenes se adelantaron: para septiembre ya habían llegado unas 10 cartas, según explicó Ivette Fajardo, del departamento de mercadeo del Servicio Postal en el Correo General de Hato Rey. Es en esa área donde los duendes revisan los pedidos y se encargan de avisar a la fábrica del Polo Norte, de manera que puedan ir adelantándose a la avalancha de peticiones que les llega cada año.

“Los niños solo tienen que escribir en el sobre ‘Santa’ y ‘Polo Norte, y ya sabemos que las tenemos que enviar allá”, detalló la empleada. “Lo que sí pedimos a los papás es que pongan la cartita dentro de otro sobre y escriban la dirección de la casa, y así les podemos enviar un regalito o alguna carta de respuesta que nos mande Santa Claus por adelantado”, indicó.

Los pedidos de este año van desde diversos juguetes con personajes de Disney hasta cocinitas, patines o consolas de vídeojuegos y computadoras. Pero una carta en particular llama la atención: una menor le escribió a Santa que su mamá era madre soltera y eso dificultaba que pudieran comprar artículos para el hogar, por lo que le pidió que, en Navidad, les llevara ropa. Para ella, solo pidió un juguete.

No siempre piden para ellos; hay pequeños que también escriben en nombre de sus hermanitos, primos, abuelos y amigos, asegurándose de que todo el mundo reciba un detalle debajo del árbol el día de Navidad. “El año pasado recibimos unas mil cartas”, comentó Fajardo.

No son sólo de Puerto Rico

La Isla del Encanto es tan especial que hasta aquí llegan cartas desde Estados Unidos para que se las envíen a Santa. Este año llegó una de Florida y otra de Georgia, porque mientras digan “Santa” en el sobre podrán ser procesadas desde aquí.

No hay que preocuparse por escribir una dirección exacta (después de todo, el Polo Norte es muy grande y no todos saben exactamente dónde está la fábrica de juguetes); con que escriban “Santa” como dirección les llegará, ya que todos los carteros saben que si se encuentran esas cartas en los buzones tienen un destino muy importante: del Correo General al Polo Norte.