Con una sonrisa y llena de tranquilidad. 

Así lució Aida de los Santos Pineda minutos antes de partir hacia su tierra natal, República Dominicana, después de enfrentar un prolongado proceso judicial por el asesinato de Georgina Ortiz Ortiz, caso del que salió absuelta.

“Estoy feliz, porque voy a encontrarme con mi familia”, expresó De los Santos Pineda a Primera Hora ya sentada en el avión que la regresaría a su país, tras vivir 17 años sin autorización en Puerto Rico.

La ex empleada doméstica aseguró no tener malos recuerdos de su estancia en la Isla, a pesar del juicio que se llevó en su contra por el asesinato de su entonces jefa, un crimen que aún no ha sido resuelto.  

“No (tengo ningún resentimiento sobre Puerto Rico), jamás, porque somos todos latinos", afirmó.

De los Santos Pineda llegó más temprano al aeropuerto internacional Luis Muñoz Marín cojeando y con un bastón. Llevaba una maleta.

Cuando se le preguntó qué haría ahora, respondió con un simple y sonoro "vivir".

"Todo se quedó atrás, voy a vivir el presente", destacó.

A De los Santos Pineda la esperan en República Dominicana su hija y dos de sus nietas.

La salida de la ex empleada doméstica se coordinó con la Agencia federal de Inmigración y Aduanas, con quienes se está negociando el otorgamiento de una visa humanitaria para que eventualmente pueda venir a recibir evaluaciones periódicas necesarias, luego de que le pusieran implantes en ambas rodillas.

La mujer enfrentó juicio por cargos relacionados con el asesinato de la también esposa  del ex juez del Tribunal Supremo Carlos Irizarry Yunqué, ocurrido el 17 de agosto de 2010.

En el proceso judicial trascendió que la víctima luchó con sus asesinos y que tenía debajo de sus uñas material genético correspondiente a, por lo menos, dos hombres distintos.

Hasta la fecha no se ha identificado a quiénes pertenece ese material y la Policía y el Departamento de Justicia han dicho que la investigación sigue abierta, aunque no se ha informado a cargo de quién está la pesquisa.

También trascendieron errores y omisiones en el transcurso de la investigación, así como una diferencia marcada en el trato que se le dio al viudo y el que se le dio a la mucama.

La mujer siempre dijo que era inocente.