Los dejan allí, a su suerte, y que se haga cargo el Estado. 

La crisis fiscal y el aumento de quienes emigran han agravado el problema de nuestra población de la edad dorada que son abandonados por familiares o encargados en los hospitales.

Melba Hernández, directora de la Oficina de Trabajo Social, del Hospital Universitario Adultos del Centro Médico, dijo que el año pasado unos 16 pacientes mayores de 60 años quedaron abandonados por familiares o encargados en la institución, esperando por ubicación en el Departamento de la Familia. 

“Algunos tenían recursos de apoyo formales, tenían familia, pero otros realmente estaban solos y nos llegaron como deambulantes”, precisó la trabajadora social. 

Estos pacientes ocuparon las camas del hospital por espacio de 316 días, lo que representó un gasto de $277,000 para la institución. 

Hernández indicó que la suma fue menor el año pasado en comparación al año anterior, que fue de casi $300,000. 

Dijo que la mayoría son pacientes encamados con problemas de movilidad y algunos con algún tipo de incapacidad. Detalló, además, que mayormente son hombres del área metropolitana y, en promedio, estas personas permanecieron unos 60 días en el hospital, pero añadió que “alguno que otro caso” puede llegar a los 90 días. “Vino un caso bien particular de Yabucoa que lo ubicaron en cuatro días”, sostuvo Hernández.

Explicó que son personas cuyos familiares no los procuran y otros, no tienen familia. “Tenemos unos que tienen familia, pero algunos tienen sus hijos en Estados Unidos y otros nos dicen que su relación no fue buena con sus hijos, porque no fueron buenos padres y, a veces, el recurso de apoyo tiene un problema de adicción y también es deambulante. Muchos de ellos dicen ‘yo tengo trabajo y no puedo asumir la responsabilidad de cuidarlos’ y no les van a proveer techo y ni la asistencia que necesitan”, resumió la trabadora social.

Hernández añadió que además del Departamento de la Familia, que es la primera agencia que se activa como parte del protocolo para atender estos casos, recurren a la Oficina del Procurador del Ciudadano. 

“Esta oficina nos ayuda muchísimo, porque el mecanismo que ellos tienen es cuasi legal”, indicó.

Explicó que la dependencia los ayuda “a poner algún tipo de presión partiendo de la premisa del riesgo al que estamos exponiendo al paciente a permanecer en un ambiente hospitalario que, como sabemos, tiene bacterias y la probabilidad de que se vuelva a infectar es bien alta”.

Hernández añadió que el año pasado dos pacientes fallecieron mientras esperaban por la ubicación. 

Por su parte, la senadora Rossana López León, quien fue Procuradora de Personas de Edad Avanzada, también dijo que “la emigración y la crisis económica” han agravado el abandono de las personas de mayor edad en hospitales.

Destacó que la emigración se concentra entra las edades de 35 a 64 años y  que muchas de estas personas tenían a cargo a sus padres. 

También dijo que algunos emigrantes han dejado a sus hijos con abuelos. “Casi 70,000 personas de edad avanzada están a cargo de sus nietos”, abundó. 

López León indicó que cuando dirigió la Procuradoría de las Personas de Edad Avanzada con la aprobación de la Ley 7, el pasado cuatrienio, “estos casos de personas abandonadas en hospitales comenzaron a aumentar”.

“Nosotros tuvimos que implementar un protocolo de condiciones infrahumanas, porque empezamos a ver muchos casos de estos en personas de edad avanzada y tuvimos que enmendar la Carta de Derechos de Personas de Edad Avanzada para redefinir lo que era maltrato, a través de la Ley 138 de 2014”, sostuvo López León.

Igualmente, dijo que hicieron una evaluación y salió a relucir que una persona de más de 65 años tenía un déficit de $1,500 mensuales.  

Añadió que en Puerto Rico, solamente el 3% de la población de mayor edad está en asilos.