Nadie, absolutamente nadie en Río Grande tiene servicio de electricidad. Y sólo la mitad de la población (54,000 personas) disponen de agua potable.

La situación es “desesperante”, dice el alcalde Angel “Bori” González para describir el sentimiento que aflora entre sus compueblanos a 77 días del paso del huracán María, un fenómeno que azotó sin piedad a la “Ciudad de El Yunque”.

“La verdad es que cada día que pasa se nos complica más la situación. Es desesperante para nuestros ancianos, para nuestros niños, para nuestros encamados. Todos estamos afectados”, dijo el alcalde afiliado al Partido Popular Democrático (PPD).

Agregó la gota que colma la copa es la falta de electricidad lo que ha provocado una debacle económica a los comercios del área y a fuentes de ingreso como lo son los hoteles, los cuales operan con múltiples limitaciones. 

De hecho, destacó que el Hotel Meliá cerró operaciones.

“Estuve reunido el jueves pasado con 150 comerciantes que reclaman ayuda y yo los apoyo...apelamos a que organizaciones lleguen aquí a donar generadores a estos pequeños comerciantes porque son ellos el estímulo económico en nuestro municipio”, expresó González.

Estimó que las pérdidas a causa del huracán rondan los $30 millones, sin contar la falta de recaudos del Impuesto sobre Ventas y Uso (IVU).

 “Al tener tantos comercios cerrados no estamos generando los recaudos que quisiéramos y necesitamos del IVU. El mes pasado, por ejemplo, llegaron $70 mil cuando lo normal son más de $200 mil. Y el problema es que es que dependemos de ese recaudo para pagar el recogido de basura y otros servicios que se le ofrecen a los ciudadanos”, explicó González.